Por
Carolina García
Como un capítulo final en la vida del
ser humano, Hannah, no se interesa en dar súbitas explicaciones, o al menos
no en cabida de lo denotado…
Italia en el marco de la 65° edición de la Muestra Internacional de Cine, Hannah, dirigida por Andrea Pallaoro, llegó a recintos mexicanos
el pasado 26 de noviembre, que continuará con el circuito a través de diversos
espacios académicos y con tema cinemático.
Descrita como el cuadro en movimiento
de una mujer madura, donde en puras tomas fijas que, excluye el desplazamiento
de la cámara, se vislumbra a cuentagotas la vida del personaje principal. Un
esposo en la cárcel, su labor de enfermera, actriz en sus ratos libres,
conflictos familiares, y nada se explica. Un ser humano convencional, filmado
para hacer algo convencional inyectado en un estilo de vida monótono.
La cinta hace un aclamo al azul en lo
que el espectador divisa su pensar entre nostalgia, tristeza, soledad y quién
sabe qué otros tantos entendimientos a una cobertura del color grisáceo azulado
en pisos, cortinas, paredes o el vestuario de Charlotte Rampling, acreedora de la Copa Volpi (Festival
Internacional de Cine de Venecia), por su entregada actuación.
Pallaoro forma una secuencia metafórica,
acentuando más una donde el resultado del auditorio fue alucinante. Sin tener
referencia alguna, Hannah queda con una sensación de desasosiego, un final
flotante, donde la respuesta deambula por cada mente humana.
Y Rampling,
con un diálogo casi nulo, sin ser necesario, expresa su psique en gesticulación
a punto del quebrante, sin toda esa bola de artificie para demostrar la
degradación del ser, lo hace, lo muestra como el papel lo exige, como el
espectador le agradece cumplir su personaje de este modo.
Al término de recibir la cinta entre
los primeros espectadores que rozaron el disfrute en ella, un compañero soltó
al aire la importancia de la soledad y la familia, cuando se es joven resulta
casi imperceptible una realidad llana de compañía, pero la edad te vuelca en
otra. Su óptica dilucida en su verdad, en su experiencia, en otra, la
interpretación caería sobre la dependencia emocional.
El rodaje también nominado en Venecia
por mejor dirección y película, con una duración de 95 minutos, podrá
visualizarse en recintos como Cineteca
Nacional, FES Acatlán, Cinépolis Diana, Cinematógrafo del Chopo y otros más, consulta la cartelera completa
en la página oficial de la Cineteca y de 65° Muestra Internacional de
Cine.
Trailer
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