El Cuervo (The Crow 2024).
Acudimos a la función de prensa de este remake, con la ligera esperanza de que no fuese el desastre que aparentaba ser desde que vimos el trailer.
La esperanza se apagó muy rápido, ya que todos los temores fundamentados se materializaron más rápido que el romance entre los protagonistas.
La película original de 1994 es oscura, poética, y conmovedora. Se ha convertido en una especie de clásico debido a su atmósfera sombría en base al comic, por su historia emotiva sobre amor y venganza, por su protagonista anti-héroe empático, por las secuencias de acción espectaculares (incluso inspiró a algunas escenas de The Dark Knight, 2008); además de un soundtrack memorable que incluye Big Empty de Stone Temple Pilots, y la inolvidable It Can’t Rain All the Time de Jane Siberry. Es más, hasta los villanos (sobre todo el principal) son muy carismáticos.
Es inevitable señalar que existe un aura de melancolía que rodea dicha experiencia, por la muerte de Brandon Lee.
Considero que es una película esencial para la temporada de Halloween, ya que su atmósfera captura perfectamente el sentir de esas fechas.
Entonces, ¿DE QUÉ TRATA ESTE REMAKE?
Eric Draven y su prometida, Shelly, son asesinados por un grupo de mafiosos que realizan actividades paranormales raras.
Eric es revivido por un cuervo para vengar ambas muertas; lo cual le lleva a recorrer un camino sobrenatural de violencia en búsqueda de justicia.
En dicho recorrido, descubre algunas cosas del pasado de su amada, que le permiten comprender que no le será sencillo cumplir su objetivo. Además, aprenderá algunas cuestiones sobre el mundo de los muertos y el amor puro. Qué bello suena…pero no.
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La historia toca temas como el amor, pérdida, venganza, y sacrificio. No obstante, el aspecto sobrenatural que engloba esos temas no se explica bien, y peor aún, no se logra una conexión personal entre los protagonistas, ya que su relación se siente débil y apresurada. Además, no existe química entre los actores.
Me pareció interesante la sub-trama de posesión de almas efectuada por el villano para cometer ilícitos, aunque no se explora en detalle.
Es muy fácil perder interés en lo que se nos intenta contar. Y es que, salvo Eric, ningún otro personaje tiene un desarrollo digno. Todos se sienten de relleno y sabemos que su única función narrativa es ser asesinados por nuestro héroe.
Por ejemplo, no se explica muy bien la existencia de Wickham, quien es una especie de guía espiritual en el mundo de los muertos, o esa especie de purgatorio.
Este personaje solo le dice a Eric que siga lo que indique el cuervo para obtener su venganza.
No aporta más a la historia, y ni siquiera ofrece bocadillos en un lugar tan espantoso.
Lo del Detective es risible… Quisieron que su aparición fuese un twist en comparación al “amigo” de Eric en la original, pero fracasan en todo intento de factor sorpresa.
Sobre los villanos, no hay absolutamente nada memorable que mencionar, salvo que cuando el líder de la banda susurra cosas raras para “poseer” un cuerpo, no genera temor e incluso, luce chusco.
La presencia del cuervo, como enlace entre el mundo de los vivos y el de los muertos, es casi testimonial, y no se le da la relevancia que exige para conectar adecuadamente la historia entre los dos planos de existencia.
Se nota claramente que la masacre en la ópera intenta ser el “highlight” de la película, pero tiene pocas cosas destacables, y creo que será más recordada por el exceso de gore que luce muy falso, y porque se siente más como una misión de un videojuego.
Para ese punto, hubiese preferido jugar el espantoso juego de The Crow: City of Angels (1997) para PlayStation que soportar el tercer acto.
Creo que el Director, Rupert Sanders, a quien conocemos por Ghost in the Shell (2017) y la Blancanievecs de K-Stew (2012); tomó como referencia algunas cosas del diseño de producción y narrativa de The Batman (2022) para algunas escenas (ya las podrán identificar), aunque no encajan en la atmósfera dark estilizada que instauró en la película.
La atmósfera para nada es envolvente, y por momentos todo luce muy CGI de bajo presupuesto, sobre todo cuando se muestra la Ciudad; que se supone debe lucir intimidante, sucia, tomada por el crimen, pero no se le da mucha relevancia.
El soundtrack tampoco ayuda mucho, y es que salvo la aportación de Joy Division con “Disorder”, ninguna pista logra aportar algo a la historia.
La música original del ganador del Óscar, Volker Bertelmann, considero que pasa desapercibida.
Bill Skarsgård es lo único positivo porque su actuación es decente, aunque en algunas escenas se nota harto, como si expresara: “Tengo que cumplir mi contrato o me demandan”.
Creo que no es su culpa porque el personaje es unidimensional, carece de diálogos memorables, e intenta generar interés a través de su look.
Se ha criticado mucho su caracterización como Eric, y el exceso de tatuajes, y aunque creo que luce bien; lo olvidaremos de inmediato. ---Me hizo recordar al poseso de Deliver us from Evil (2015), aunque sin el hoodie.
FKA Twigs no tiene muchas oportunidades de mostrarse, aunque sobresale el breve momento cuando canta, y su aparición en algunos momentos tipo oníricos.
Creo que, si esta versión 2024 hubiese sido una secuela en vez de un remake, hubiese funcionado mejor.
En conclusión, The Crow (2024) es una película sin alma, innecesaria, que intenta generar impacto a través de violencia y gore, aunque sin sustento narrativo.
Debes evitarla a toda costa en el cine. Sinceramente, no entiendo cómo este proyecto obtuvo financiamiento y estoy convencido que será un fracaso estrepitoso en la taquilla desde este fin de semana.
Como audiencia, creo que debemos ser exigentes. Ahora, quienes son muy fans del clásico de 1994, tal vez querrán checar este esfuerzo por morbo.
Trailer
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