Por Diego Rodmor
Apreciables
amantes del séptimo arte, después de la espera finalmente ha llegado a las carteleras
¡Madre!, la nueva película de Darren Aronofsky, uno de los cineastas contemporáneos
más audaces de los Estados Unidos y quien ha ganado tanto admiradores como
detractores a lo largo de los años debido a una filmografía que incluye, proyectos
memorables pero perturbadores como Requiem por Un Sueño, El Luchador y El
Cisne Negro, largometrajes que han dado mucho de qué hablar. Al igual que
todos sus proyectos, seguramente el más reciente no será la excepción.
El filme nos cuenta la historia de una
pareja que vive en una titánica casa ubicada a mitad del bosque y en la que
buscan una tranquilidad para continuar con sus proyectos. Sin embargo ella
empieza a mostrar cierto estrés después de que su esposo le da hospedaje a
desconocidos para posteriormente empezar a actuar de forma extraña.
Aronofsky nos presenta una película
inquietante, quizá la más arriesgada de su filmografía, en la que nos sumerge
dentro de un ambiente desesperante y aterrador. El filme es bastante
interesante debido a que despierta todo tipo de sensaciones y las actuaciones
son una verdadera delicia. La mayoría de las secuencias son apreciadas desde la
perspectiva de Jennifer Lawrence, quien percibe todos y cada uno de los cambios
en su esposo, un misterioso Javier Bardem quien decide darle hospedaje a un
decente Ed Harris y a su esposa, una imponente y magnífica Michelle Pfeiffer. Sin
embargo, aunque la película empieza a alcanzar cierta intensidad, es el tercer
acto el que la vuelve magnífica y terrible debido a la anarquía que logra
desencadenar el otrora director de Noé.
Un enorme acierto es manejar tomas
centradas en los rostros de los personajes logrando con esa aproximación cierta
sensación de intimidad. También resulta interesante la manera en la que logra
esa tensión entre cada escena sin utilizar música. El score es breve, casi
imperceptible y únicamente para apoyar un par de escenas de cierto nivel dramático.
¡Madre! es un largometraje que intriga
y después le lanza una bofetada al público sacudiéndolo emocionalmente. Un
trabajo al que se le podrán hacer muchas lecturas y que terminará removiendo
sensaciones. Se le aplaude a Darren Aronofsky seguir dejando atrás los
convencionalismos para entregar un relato artístico que quizá muchos odiarán. A
pesar de todo es imposible negar que una película de este cineasta siempre
termina siendo una experiencia cinematográfica única.
Trailer
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