Texto y fotografías por Carolina García.
CDMX, 12/06/2018. Consagrándose
como el baterista de la comedia negra en Birdman (Or The Unexpected Virtue Of
Ignorance), Antonio Sánchez
regresa a la Ciudad de México para hacer del filme, dirigido por Alejandro G. Iñárritu, una nueva
pericia acompañado de baquetas, escobillas, sus manos y todo lo que se le
ocurra para sacar el drama de la cinta, así mencionó en Casa WARP para conferencia.
Hace cuatro años, Sánchez se sumergió
al orbe cinéfilo con la improvisación que Iñárritu le pidió por llamada
telefónica para la película protagonizada por Michael Keaton. El baterista mexicano, sin ver la secuencia en
imágenes, sólo con el guion, mandó algunos demos a su compatriota quien se
encargó de devolvérselos y trabajar hombro a hombro para lograr la estridencia
de los platillos y la composición de lo que hoy conocemos como el soundtrack del director premiado en
múltiples ocasiones por la Academia.
Antes de entrar al mundo
cinematográfico, Antonio se consideraba como el baterista de Pay Metheny, hoy se autonombra bajo el
apelativo del baterista de Birdman, para luego contar qué fue del hombre
después de colaborar en la demencia de la cinta ya mencionada.
Quedé
muy inspirado por todo esto, muy emocionado por haber incursionado en el cine
de esa manera, con una película que ganó el Óscar, con uno de mis directores
favoritos de todos los tiempos, eso fue algo que me va a dejar marcado para
siempre, aunque nunca vuelva a hacer una película siempre mi trabajo va a estar
plasmado y va a estar asociado a esta gran película que me parece va a ser un
clásico en algún momento y ha informado todo lo que he hecho después de eso (…) tal vez de maneras que todavía no entiendo.
Ha odiado y ha amado a su arte, bregar
para un director y no por obra suya ha sido uno de los mayores retos que ha
enfrentado, logró posicionar su nombre a lado de una industria como lo es
Hollywood, pese a ello e indudablemente, se quedaría en el jazz, trabajando
para éste genuinamente.
Cada
tema que compongo lo quiero y lo odio al mismo tiempo, me trata bien y me trata
mal, es una relación muy curiosa que un artista tiene con su trabajo porque
amas hacerlo y te quieres arrancar los pelos a veces. La gran diferencia con el
cine o con la televisión es que no eres tú, estás al servicio del director, de
la imagen y estás tratando de hacer que el producto de alguien más se eleve
(…) yo no siento, por lo menos en este
punto de mi carrera, un apego tan profundo al hacer música para otra persona.
La marca más característica de ese
2014 en el nieto de Ignacio López Tarso es su disco La Suite de los Meridianos, con un
símil al plano secuencia de G. Iñárritu, la esencia etérea yace con la única
pieza que compone la ya nombrada una novela.
…
quería hacer una pieza completa de principio a fin, que es equivalente al plano
secuencia que hicieron en Birdman, ahí se ve directa la influencia que tuvo
Birdman en mi arte.
Influenciado por sucesos políticos y
la frontera que divide humanos iguales pero posicionados en diferente extensión
territorial, Estados Unidos con México, ha sido el soplo en el arte que tomó
Antonio para su disco Líneas en la arena.
El ex amante de la música rock, se ha
envuelto en un mundo de improvisación que cataloga como una magia impredecible,
afirma que el día de mañana tocara de acuerdo a la energía de sus espectadores,
de la acústica del auditorio y de su propia energía.
Las paredes del Auditorio Nacional, este 13 de junio a las 20:30hrs., se verán
inundadas de un llano con platillos, tambores, bombos y pedales, musicalizados
desde el improvise de Antonio Sánchez, icónico, entre otros hechos, por haber
sido eliminado de las listas de la
Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, ganador en 2015 del Grammy por el soundtrack para Birdman y nominado apenas en 2018 por su álbum Bad hombre.
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