Por Mei.
El
nombre de Rossy de Palma por si solo
ofrece garantía en una película, además de que se ha consagrado como chica
Almodóvar, su actuación siempre se roba la pantalla. La Madame no es la
excepción y a pesar de compartir créditos con Toni Collette todo gira alrededor del personaje interpretado por de
Palma.
María
(Rossy de Palma) es una española que reside en Francia, trabaja como sirvienta
con una pareja estadounidense adinerada para pagar los estudios de su hija. El
matrimonio organizan una cena para sus amigos de la socialité y poco antes del
banquete, llega el hijastro de la Madame (Toni Collette), sumando 13 comensales.
Siendo el número 13 de mala suerte, la Madame decide incluir a María como partícipe
de la cena, presentándola como una vieja amiga de la familia.
María, además de sociable, simpática, pasa por
alto las indicaciones de no interactuar con los invitados, terminando la noche amenizada con bromas y
provocando que uno de los amigos de la anfitriona se vea enamorado de su
encanto.
La
situación se va enredando poco a poco y el problema principal radica en que la
Madame no puede asimilar el hecho de que una persona de bien se enamore de la
criada. Todos los asistentes a la cena se ven involucrados indirectamente en la
trama, con su lado más desfavorable, siendo engreídos, infieles y oportunistas,
pero siempre ricos y por encima de los demás. A pesar de que los personajes son
recurrentes no aportan mucho a la trama y terminan siendo olvidables.
Es
una adaptación libre y moderna de Cenicienta, presentada en forma de sátira para
evidenciar los problemas de clasismo que siempre están presentes en las clases
altas. La película es una comedia sutil que no te hace reír a carcajadas todo
el tiempo, pero los chistes están bien logrados y se quedan en la memoria por
las situaciones en las que meten a la pobre María. Eso sí, el final no le hace
justicia al personaje y nos deja deseando un poco más de optimismo y humor.
Trailer
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