Por
Carolina García.
I want respect, Loving Pablo (Fernando
León de Aranoa, 2017)
De la literatura a la pantalla grande, la adaptación del libro Amando a Pablo, odiando a Escobar con el
guion y dirección del ganador al Ariel
en 2004 por mejor película iberoamericana con Los lunes al sol, Fernando
León de Aranoa estrena Escobar: La traición.
Bajo la premisa quiero respeto,
se cimentó la ambición a lado del exterminio poblacional en Colombia por el
tráfico de drogas tratado desde sus entrañas por Pablo Escobar, el funesto
narcotraficante que quiso corromper el sistema de su país, si no monetariamente
a golpe de bala.
La época en la que la televisión estaba siendo
testigo de hechos a nivel mundial, el rock invadiendo la parte occidental del
mundo, Estados Unidos bajo la candidatura del presidente Reagen, mientras se
daba el crecimiento del cártel Medallín en Colombia, con miles de kilos de
cocaína para ser mezclados con lactosa e infiltrarse en la nación
norteamericana. Loving Pablo es contada desde las pupilas de Virginia Vallejo,
actuada por Penélope Cruz,
periodista televisiva, amante y biógrafa de Escobar, interpretado por el
español Javier Bardem. Una cinta de 123 minutos que se cuenta a partir de un flashback
narrado por la periodista con la propuesta de entregar una visión íntima.
Los hechos se encarnan en fechas reales exactas, el día de su entrega a
las autoridades suscitado el 19 junio del 91, fuga de la cárcel (julio 21 del
92) o el momento de su abatimiento (diciembre 2 del 93), históricamente el
recuerdo con la fijación de datos y países fueron desentrañados para quedarse en
el rodaje.
En tanto al recurso narrativo usado es el mejor descubrimiento probablemente
no visto en serie, película o documental sobre este hombre, pues la historia
sigue siendo la misma y el final no se diga, que se ve enmarcada por la
debilidad más grande de un delincuente, su familia.
Entre los temas que más
llaman la atención es la materia en que se ocupa el gobierno estadounidense,
que pudo haber sido mejor rescatado, la verdadera razón por la cual Estados
Unidos pidió la Ley de extradición en Colombia, el problema no yacía en la penetración
de cocaína en el país, sino la pérdida monetaria que este consumo representaba
para el mismo. Sin titubeos, la relación de un narcotraficante con el
compromiso de credibilidad que adquiere una líder de opinión o informativa, su vínculo
que no se ve tan entregado a la pantalla, unos cuantos regalos ostentosos con
sexo y la declaración final de Vallejo.
La decisión de haber escrito un guion en inglés que se desata, la mayor
línea del tiempo, en países de habla hispana (Colombia, Panamá), o fue difícil
o ha sido una estrategia de distribución para ésta ¿por qué narrar la vida de
un narco colombiano en inglés? Claro, que los regionalismos, paisa, regio, pelao, hijueputa, entre otros, no podían
faltar, visten el contexto latino y no se dejaron a un lado. Aunque la
aparición de Estados Unidos por la CIA, DPA y el FBI, representado por el
agente Shepard (Peter Sarsgaard)
viven en la médula ósea de la película, éste último encarnando al persecutor.
Para lo característico; situado en una época donde los colores, lo
extravagante, aquellos aretes y flecos enormes eran lo exquisito, la única
descrita así es Penélope cruz, con
su maquillaje ochentero, al principio, un tanto exagerado (entendido por la
clase social de la periodista) llevado a cabo por Ana Lozano, sin embargo, esta venida es única en ella, incluyendo
los automóviles de los mismos años, los demás personajes parecen posicionarse
más adelante de los 2000. La caracterización para el paso del tiempo reside en
algunos cortes de cabello, el blanco en barba y cabello del protagonista.
La figura actoral por Bardem,
personificado a lo cruel, despreocupado con algo de humor, no vacila con cada
rato aprovechado para mostrar lo despectivo en su figura desbordante de
obesidad alimentada por el vicio y el sedentarismo, un elemento que realmente
mueve al espectador revolviendo la emoción entre la empatía del padre de
familia sin olvidar lo abyecto de él mismo.
El argumento funciona para el entretenimiento, esclarecer algo de
historia junto a la vida del líder del cártel de Medellín aunado al buffet sangriento
que rueda de inicio a fin. De una forma irreal pareciera explotarse el recurso
de lo caricaturizado, tomando en cuenta la leyenda al
principio de algunos hechos fueron
modificados con fines de dramatización no sabemos cuáles sí y cuáles no,
queda a sabiendas de su gente cercana lo que fue sobre el
narcotraficante que atentó contra Bogotá en el 93 para volcar la Ley de
extradición (en cinta se representa con el tiroteo de 12 bombas al país).
La biografía de uno de los hombres más buscados en el mundo con una
aparente astucia para moverse durante un par de años fue coproducida por España-Bulgaria: Escobar Films, B2Y EOOD.
Escobar. La traición estará proyectándose en complejos Cinépolis a partir de este 10 de agosto
a nivel nacional. El tipo de cine para quien gusta de las narco-biografías, una
cinematografía ambientada en Latinoamérica pintada a lo pocho.
Trailer
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