Por Indira García.
Hemos visto
a los muppets en todas sus
presentaciones a través del paso de los años, incluyendo especiales de navidad
y una versión de los personajes bebés. Ahora toca conocer el lado más raro
sobre la vida adulta que llevan bajo el nombre de puppets.
La historia
sigue a un puppet detective privado que intenta resolver un caso y se ve
implicado en una serie de asesinatos al lado de su excompañera policía. La policía
es interpretada por Melissa McCarthy,
a quien le siguen dando el mismo papel en todas las películas que protagoniza.
Durante más de hora y media vemos el clásico humor de Melissa combinado con
situaciones altamente sexuales y chistes en doble sentido.
La trama central es bastante simplona, intenta
por momentos tomar toques de seriedad hablando de problemas sociales, pero en
ningún momento lo logra y sólo entorpece la fluidez del desarrollo. Los chistes
van demasiado lejos en cada ocasión, son
exagerados y resultan demasiado vulgares por su insistencia.
El
director, Brian Henson, es hijo del creador de los muppets y proyecta su
imaginario de cómo serían en un mundo adulto conservando su espíritu
irreverente. Con esa premisa el proyecto pudo resultar de una mucho mejor
forma, pero optó por forzar situaciones “políticamente incorrectas” y llevar al
extremo todo. La exageración no se ve justificada y se siente sosa, en ningún
momento te hace reír a carcajadas. Es
una comedia irreverente, aunque no muy divertida y fácilmente olvidable,
solo para pasar el rato y si no hay una mejor opción para ver (aunque siempre
la habrá).
Trailer
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