Por Rocío López.
Hace
más de medio siglo que se estrenó la película Los Olvidados (1950), del cineasta español Luis Buñuel, la cual
detonó varias críticas negativas en nuestro país por retratar de manera cruda,
pero realista, la historia de niños de la calle en la ciudad de México, un
sector que sigue marginado en la sociedad. Aunque lamentablemente no es el
único grupo que enfrena las barreras en las grandes urbes, actualmente la
desigualdad por la que siguen luchando las mujeres se muestra en Tamara
y la Catarina (2016), largometraje escrito y dirigido por Lucía Carreras.
La
película se centra en Tamara (Ángeles
Cruz), una mujer de 40 años con
retraso mental, vive en una zona de bajos recursos en la Ciudad de México y
trabaja en un restaurante en el centro de la ciudad. Un día su hermano Paco (Harold Torres) la abandona sin ninguna
explicación, por lo que su única compañía son las catarinas y lagartijas que adopta.
Sin embargo, en un impulso, la protagonista decide llevarse a una bebé que
encuentra sola en un puesto de periódicos. Tamara sin saber la magnitud de su
acto, comienza a cuidar del infante y junto con su vecina, Doña Meche (Angelina
Peláez), una
persona de la tercera edad, iniciarán una aventura para tratar de devolver a la
niña con su familia.
Tamara y la Catarina sin un gran presupuesto en
la producción, destacan por las extraordinarias actuaciones de Ángeles Cruz y Angelina Peláez, las cuales fueron nominadas a Mejor Actriz en la
edición 60 de los Premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias
Cinematográficas (AMACC). Cruz, quien también es directora y guionista, logra
retratar perfectamente a una persona con discapacidad que rápidamente simpatiza
con la audiencia. Mientras que Peláez, conocida
por aparecer en película La misma Luna (2007), nos regala un personaje que al principio parece huraño, pero
que poco a poco nos demuestra que tiene heridas como todos. Pero sin duda, la revelación
actoral es el de la menor, que con un gran carisma está a la altura de las
protagonistas.
Otro
factor destacable en el filme son los sonidos típicos de la ciudad, los cuales
resultan tan cotidianos, pero esenciales para trasportarnos
a la quinta mega urbe en el mundo, al contar con un estimado de 21 millones 581
mil habitantes, de acuerdo con un informe de
Naciones Unidas (ONU).
Lucía Carreras, quien
debutó como directora con su película Nos vemos, papá (2011) y reconocida por ser galardonada a el Ariel a Mejor
Guión Original en la entrega 56 por su colaboración
en La Jaula de Oro (2013), dirigida
por Diego Quemada-Diez, nos muestra con su tercera cinta, una historia intima,
sensible y nos acerca a personajes reales que con frecuencia son seres
invisibles para una sociedad donde la desigualdad y pobreza son factores que
se han exacerbado en los últimos años.
Con una duración de
107 minutos, Tamara y la Catarina aborda
los temas como el abandono, soledad, desigualdad de género, discriminación,
amistad, solidaridad, pero, sobre todo, es una invitación para reflexionar acerca
de la empatía del otro.
Trailer
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