Por Carolina García.
Desorbitantes
pelucas rizadas, enormes vestidos con numerosos pliegues pronunciando senos y
caderas femeninas, la Gran Bretaña en los primeros años de los 1700 al mando de
la reina Ana, débil y falta de imposición en medio del conflicto Bélico francés.
Como
un cóctel satírico de la decadencia humana, articulado por Yorgos Lanthimos, La favorita (The Favourite) estalla en
un protagónico femenino al frente de una nación, Olivia Colman, llena de tomas medio contra picadas para resaltar un
físico al deterioro vive la sustancia de la reina Ana con 17 conejos y un ansia
por la comida. A su lado, la actriz recientemente vista en Desobediencia (Sebastián
Lelio, 2017), Rachel Weisz como
Sarah Marlborough, amante e influencia política para la reina.
Al
paso de unos flashbacks, fotogramas
para la presentación de Emma Stone
como irruptora en la vida del reinado británico, Abigail Hill quien, en
contraste con Lady Marlborough, es pintada en sencillos vestidos como inocente
víctima, resultado de la mala suerte, se rodea de un montón de descriptivos
positivos que al paso de varios minutos involucionan a un desencanto del
personaje interpretado por Stone
para convertirla en “la favorita”.
El
pretexto histórico desenvuelto a principios del siglo XVIII desata en la
historia enigmas a voces del éter aristocrático, la lucha del poder, lo
inhumano del humano con la peculiar participación del cambio en Abigail.
La
fotografía (Robby Ryan) denota intriga
en el discurso dramático brotado en paneos abruptos seguidos de dolly in para mirar el sentimiento del
personaje. La agregada distorsión de la realidad desde el objetivo ojo de
pescado que Yorgos proyecta como parte
de una narrativa fílmica, estelarizan la cinta casi como las mujeres, eso sin
dejar al olvido las disolvencias que evocan a un cine antiguo.
El
guion de Deborah Davis y Tony McNamara cuenta, sin decirlo, la
inherencia del hombre en el quiebre de los unos a los otros, de la belleza en
el baile y la música, del arte en sí interrumpido por la insatisfacción de la
majestad inglesa, por la misma desgracia, además como para comprobar su poder
ante el pueblo.
La tragedia se ha
cebado en ella…
Una nación a su disposición, atiborrada en lujos, pero sumida en la miseria
humana, la reina nutre de avaricia al enemigo, envuelta por una venda que dista
de “realidad”.
Como
parte de lo satírico que encuentro el relato del director de The Lobster (2015), se viene al seso el
referenciado griego Aristófanes, Asamblea
de mujeres, donde las féminas quedan como mandatarias rompiendo en caos la
sociedad jamás gobernada por ellas.
Distribuida
por 20th Century Fox, nominada al
galardón Oscar 2019 dentro de
categorías como Mejor película, Mejor dirección, Mejor actriz, Mejor actriz
secundaria, Mejor guion, Mejor fotografía, entre otros más, cubre en albos
resplandores los 119 minutos de rodaje, La favorita continuará en cartelera
como un brebaje de goce en actuaciones, historia y saber social, la
jerarquización de la sociedad real.
Mira nuestra videoreseña a
THE LOBSTER
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