Por Oswaldo Magaña.
A veces las familias,
pese a que sean disfuncionales, son muy unidas, incluso, si no son una
verdadera familia. Manbiki Kazoku
(título en japonés) de Hirokazu Koreeda (Después de la tormenta, 2016) es una
historia ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes, que relata cómo
el ladrón Osamu realizado por Lily
Franky (De tal padre tal hijo,2013) y su hijo, encuentran a una niña maltratada que huye de su hogar y
deciden integrarla a su clan familiar.
Aunque parecen una
familia tradicional de Japón, no lo son, pues esconden secretos que incluso
algunos integrantes no conocen. Esto, junto con el hecho de que, a pesar de
tener trabajo, asaltan supermercados a través del robo hormiga, tendrá
consecuencias tarde o temprano.
El estilo transparente
y sencillo de HiroKazu Koreeda que
ha estado presente en todos sus filmes se deja ver una vez más en esta
película. En ella podemos encontrar cómo un mismo hecho, que si bien es
realizado por personas deshonestas, puede tener diferentes interpretaciones.
Y es disfrutable cómo
la historia da un giro y repercute en la vida de los personajes, con hechos que
deshacen su modus vivendi, develando los secretos y sembrando en el espectador
la inquietud de si la pequeña Juri estaba mejor con los criminales, quienes
aparentemente tienen un núcleo familiar fuerte y en todo momento muestran
valores verdaderamente antitéticos, o con su verdadera familia.
Es ahí, que el
espectador mismo crea los cuestionamientos¸ es ahí en donde nace la visión de
la injusticia entre el deber y el ser. En el momento que la “mamá” de la
familia, interpretada por Sakura Andō
(100 Yen Love, 2014) es interrogada, los
valores y los lazos familiares ponen en tela de juicio si, la verdadera familia,
es en realidad lo que se piensa que es.
El tono de Koreeda es ya conocido, es de los pocos
grandes directores que lo son por conservar un estilo propio e inalterable,
sencillo, pero bello, lleno de una estética costumbrista que encuentra su punto
más elaborado en la estampa cotidiana.
El guion, la dirección
y la edición corren a cargo del mismo Koreeda,
y es importante mencionar, que esos tres elementos cinematográficos amalgamados
por la misma persona indudablemente, terminará en una obra de calidad. No es de
extrañar, por ello, que los personajes, aunque disfuncionales, terminan siendo
entrañables a su manera.
El papel de la abuela
Hatsue actuado por la recién fallecida Kirin
Kiki (Every Day a Good Day, 2018)
es tal vez el más apreciado por la sencillez en la interpretación, que dominaba
con maestría y que dejó patente en varios filmes de koreda y otros directores de Japón.
En la pasada entrega noventa
y uno del Oscar esta cinta no ganó
aún con los méritos propios y el haber ganado una Palma de Oro, en su lugar ganó Roma,
de Cuarón. Pero sin duda es una obra
cinematográfica contemporánea que si bien, no es aún la obra maestra de Koreeda, se le acerca mucho.
Videoreseñas del mismo director
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