sábado, 11 de mayo de 2019

Cómprame un Revólver | Reseña


Por Eduardo León.

¿Por qué el crimen asecha a México? ¿Por qué el índice de feminicidios aumenta? ¿Por qué la violencia resuena entre la cotidianidad? ¿Por qué subsiste el narcotráfico? ¿Por qué hay corrupción? ¿Por qué hay pobreza, desigualdad? ¿Por qué sentimos temor? ¿Por qué las personas desaparecen? ¿Por qué la juventud muere tan pronto? ¿Y la “justicia”? ¿Por qué nos hemos acostumbrado? ¿Qué hacer entre todo este desvarío mexicano?

El cineasta Julio Hernández Cordón, aturdido por aquellas problemáticas construyó su quinto largometraje titulado Cómprame un Revólver. “Porque tengo hijas, una madre, familia y amigos”, respondió el director acerca de la preocupación en filmar esta película y evidenciar las consecuencias de la violencia. “El guión lo escribí pensando en mis hijas”, mencionó.

La historia de la cinta, que formó parte de la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes del 2018, nos sitúa en el futuro cercano de un México sin lugar ni fecha, donde la crueldad ha acabado con las mujeres y el árido escenario es manejado por el narcotráfico; situación de violencia que fractura el presente de un puñado de niños y adultos, en especial el de Huck, una pequeña que usa una máscara para ocultar su género.




Angustiado por los daños que resquebrajan a nuestro país, Julio Hernández intenta mirar unos años más adelante. Ocupa la ficción y la sutileza narrativa para de alguna manera u otra, acercarnos a una realidad bastante triste en donde la sumisión y el respeto hacia los capos, se vuelven una moneda de cambio para preservar la vida.

La película se desenvuelve a partir del lazo padre e hija. Una convivencia marcada por la pérdida y los adictivos placeres del adulto. Este vínculo, nos sugiere una atmósfera íntima y auténtica; en ella observamos lo dificultoso e imperfecto que puede llegar a ser el rol paternal, sujeto a un contexto donde la esperanza únicamente puede ser abrazada mediante la imaginación.

¿Y cómo se logra sentir esta atmósfera? Con actuaciones primerizas, personales. En el reparto se encuentran las hijas del director Matilde y Fabiana Hernández; Rogelio Sosa, Sostenes Rojas y el resto de los niños: Ángel Yanez, Wallace Pereyda y Ángel Leonel.




La cinematografía a cargo de Nicolás Wong encuadra el rosáceo atardecer y las corretizas de unos inquietos infantes subsistiendo a su dispareja contemporaneidad en un paisaje desértico al norte de la República Mexicana.

Retenes, ráfagas, muerte, amistad, amor, soledad y béisbol rodean la historia de Cómprame un revólver. Un largometraje que por la rudeza en el tema que desarrolla, no exhibe más crueldad de la que sufrimos o vemos normalmente en diarios y redes sociales, pues el director inteligentemente se encargó de sembrar una nueva conciencia a partir de los diálogos, acciones y miradas en sus personajes.

“Que la injusticia no me sea indiferente”, leí una vez en un muro de algún edificio en la unidad habitacional de Tlatelolco y menciono esto porque me parece que es precisamente lo que Julio Hernández Cordón hizo al escribir y rodar la película: no ignorar ni olvidar lo que ocurre con el otro, con los otros. Y al final tal vez no proponga una solución a las problemáticas (pues esa no es su intención), pero sí llega a despertar en algunos momentos, nuestra reflexión acerca de lo que ocurre y sangra muy, muy cera de nosotros.

Trailer




No hay comentarios:

Publicar un comentario