Por Indira García.
A pesar de que Guillermo del Toro es el nombre que más resalta en el cartel, el que se lleva las palmas en realidad es el director André Øvredal quien anteriormente ya nos había dado otra joya con La Morgue.
Situándonos en halloween y proponiendo una forma poco convencional de contar una antología, tenemos la premisa de un libro que se escribe con sangre de niños y relata sus encuentros con sus peores miedos de las formas más terribles. Los chicos comienzan a morir, pero juntos buscan encontrar la forma para detener la maldición.
Los cuentos son totalmente diferentes para cada persona, explora sus peores temores y les da vida para vengarse, probablemente más de uno se sienta identificado con alguna de las situaciones. Es algo similar a lo que Clive Barker nos regaló en los Libros de Sangre, incluso comparte el concepto con el cuento de Dread, es lo que hubiera sido una buena adaptación a su obra.
Cada una de las historias tiene guiños a películas de terror que se sienten como inspiración para cada cuento. Está el espantapájaros a la Jeepers Creepers, el constante suspenso de una maldición como en The Grudge y el trágico pasado de una familia con su hija, tal como en The Ring. Pero incluso ocupando la misma fórmula que un clásico, aquí el movimiento se siente fresco y definitivamente logrará contribuir a toda una nueva generación de pesadillas.
El ritmo es constante durante toda la cinta, la intriga por saber quién es el siguiente en morir se mantiene y pocas veces es predecible. Tampoco recae totalmente en jump scares y logra un buen balance entre terror psicológico y gráfico. A pesar de que toda la película conlleva un trasfondo oscuro, el final tiene aires de esperanza y mensaje positivo pero sobre todo nos encamina a posibles nuevas secuelas de la historia.
Las buenas actuaciones ayudan a que se mantengan los momentos de tensión y susto, así como también el guión tan bien logrado y la fotografía bien cuidada. El toque de Del Toro no falta, una vez más nos unimos con él a la búsqueda del lado más humano de los monstruos pero sin dejar de lado el daño que provocaron.
André Øvredal ya se ha ganado su lugar en lo mejor del terror contemporáneo, sin duda cada pieza que dirige es una muy buena sorpresa y en esta ocasión sí consigue provocar más de un grito, y además, con una historia interesante. Cumple con lo que promete en los traileres y es de lo mejor del cine de terror en lo que va del año, fanáticos de clásicos o ajenos que busquen un buen susto no se la pueden perder.
Trailer
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