Con una estética hiperrealista, Ang Lee (Billy Lynn, 2016) presenta nuevamente una película rodada a 60 fps y que permite vivir una experiencia más enriquecedora en un filme de acción, hecha en 4k y 3d Plus. Pero esto ¿Realmente significa que es buena?
La película Proyecto Géminis es un action movie que nos presenta al asesino a sueldo cincuentón Henry Brogen (Will Smith) quien decide retirarse pero al enterarse que ha matado objetivos inocentes, es fichado y perseguido para deshacerse de él. Sin embargo, al ser el mejor en su trabajo, es casi imposible liquidarlo hasta que Clay Verris (Clive Owen) envía a un clon suyo mucho más joven y fuerte para la misión.
Hasta ahí la trama, todo lo demás se lo lleva la tecnología y los efectos especiales. Las escenas de persecución y los enfrentamientos de Smith consigo mismo joven y modificado en CGI lucen muy bien. Las secuencias como la de Cartagena en Colombia están llenas de acción. La película tiene todo: efectos especiales, stunt, panorámicas y locaciones, balas, peleas, un avión increíble como el gulfstream y todo lo que buscamos en una película del género. Gusto culposo aparte.
A pesar de la espectacularidad del filme, se queda corta en varios aspectos, por ejemplo a nivel de guión, lo vemos en la relación entre Smith y su clon, quien al enterarse de su existencia paralela deberá decidir en qué bando se queda. Pero aunque el argumento es bueno, en pantalla no luce tan fuerte. No terminan de desarrollarse los protagonistas, de hecho el que resulta más interesante es el villano Clay quien ofrece una visión propia y una estructura mucho más elaborada. Mary Elizabeth Winstead (Danny) y Benedict Wong (Baron) funcionan como personajes clichés.
El clímax de la película que se supone más épico, se ve más bien flojo si lo contrastamos con todas las secuencias de acción durante la película. Además del fallo garrafal en los efectos de la cara de Jr. al final. Y es que precisamente la espectacularidad de la imagen en pantalla, los efectos, pero sobre todo el hiperrealismo manejado por Lee (quien siempre ha experimentado con tecnología audiovisual) te mantienen en un estado de incredulidad durante toda la película, mirándola por momentos irreal. No te permite entrar en la historia.
Puede sonar antitésico pero por momentos ver demasiada definición, demasiada realidad y tan revestida termina siendo inverosímil. Y eso se lleva la película por el lado equivocado, por aquel que, estoy seguro, Ang Lee no quería. Sin embargo resulta una buena película de género desde el momento en que experimenta, propone y crea un nuevo ambiente audiovisual. Desde luego si se le ve en 3D plus y en sala de cine. Como máxima habrá que recordar que demasiada realidad en pantalla a veces, si supera la ficción, pero no siempre para bien.
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