Por: Jaime López Blanco
Dentro del catálogo de la décima
edición del Festival de Ambulante se
puede ver, en la sección de Pulsos, el
más reciente trabajo del realizador Carlos Hagerman (Codirector de “Los que se
quedan” y Director de “Vuelve a la vida”), que lleva por título “El patio de mi casa”, una cinta
personal que utiliza el lenguaje universal de la cinematografía para tratar de
responder aquella pregunta relacionada con estar preparados o no ante la muerte
de nuestros seres queridos.
Como lo pregona el nombre de la
sección a la que pertenece, el trabajo de Hagerman pulsa; es decir, posee sangre en las venas, ya que irradia y bombea
una historia íntima y cercana a la mayoría de los espectadores. El recuerdo, la
nostalgia, la cotidianidad y las reuniones con los parientes inmediatos se
entremezclan en una pieza honesta y de gran humildad.
Lejos de conformarse con elaborar
una carta de amor para sus padres, Óscar y Doris, el director mexicano va más
allá al registrar la repercusión de los actos de sus progenitores en otras
familias. Así es como conocemos a Mary y a Enedino, pobladores de comunidades indígenas, en
Puebla, que en sus respectivas carreras reproducen parte de las enseñanzas y
esencias de los papás de Carlos Hagerman.
La educación de los padres de
Hagerman, él, arquitecto, ella, maestra de zonas marginadas, sirve como una
analogía de los cimientos y formación que han ido construyendo el carácter
generoso del cineasta empecinado en
resguardar, mediante la memoria fílmica, la memoria de sus orígenes.
Sobra decir que la producción, de
apariencia sencilla, supone un reto en la estructura del documental que se está
comentando, porque me imagino no fue nada fácil viajar, ida y vuelta, por
ambientes citadinos o urbanos y por lugares rurales o pueblerinos. Nosotros
sólo atestiguamos unos segundos de cada locación pero, detrás de ello, existe
una enorme inversión de tiempo y esfuerzo.
Será para el otoño de este año
cuando productores de “El patio de mi casa” intenten estrenar en círculos
comerciales la más reciente creación de Carlos Hagerman. Por lo mientras, reconózcase
la plataforma de Ambulante como el
espacio idóneo para conocer la novedad fílmica de un documentalista por demás
interesante, destinado a abrir las puertas de su hogar para dejar al
descubierto un cine natural y sencillo; un cine que no debe quedar relegado a
la parte trasera de la mente de los espectadores, sino que merece convertirse
en uno de los puntos favoritos de encuentro, de reunión, para las charlas más
emotivas sobre la familia y la vida misma.
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