Por: Jaime López Blanco
Recientemente, en diversos festivales
de cine mexicano, se han exhibido obras que van construyendo sus argumentos en
torno al tema de la memoria, ya sea para contar una tragedia o anécdota
familiar o para filosofar sobre la identidad y lo misterioso de los recuerdos,
ya sea para resguardar un legado generacional.
“Lejanía” (2013), de Pablo Tamez
Sierra; “La Danza del Hipocampo” (2014), de Gabriela Domínguez Rúvalcaba;
“Matria” (2014), de Fernando Llanos o; “El patio de mi casa” (2014-2015), de
Carlos Hagerman, son algunos ejemplos claros de lo mencionado anteriormente.
En ese sentido, aparece una nueva
narrativa alrededor de la memoria, una contada y vista desde la pérdida,
búsqueda y reconstrucción de la misma. Estamos hablando de “Memoria Oculta”, de
Eva Villaseñor, que tuvo su presentación el pasado 24 de febrero, en las
instalaciones de la Capilla de Arte de la UDLAP, dentro de la décima edición de
Ambulante en Puebla.
“Memoria oculta” se distingue por no
utilizar (al menos eso parece) found footage como las otras cintas,
haciendo uso de las bondades de la cinematografía en su intento de resguardar y
llenar un hueco de la memoria de la realizadora, quien tuvo una crisis psicótica
años atrás, episodio en el cual desordenó abruptamente, durante dos meses, el
cajón de sus recuerdos. Para ello, Eva Villaseñor, la directora, recurre a
entrevistas con tres de sus seres más queridos: su amiga Fernanda, su hermano
Miguel y su madre.
Se trata de un filme que desafía al
espectador en doble sentido. Más de tres cuartas partes de su contenido gira en
torno a dichas entrevistas, sin imágenes de relleno de por medio, o sin tratar
de recrear las palabras de sus entrevistados. Esto es algo que pudiera poner
algo inquieto al espectador promedio, ávido de escenas tipo Hollywood o
convencionalismos comerciales. Sin embargo, se agradece el riesgo y la cuidada
fotografía que se utiliza para crear puntos de enfoque en las personas
entrevistadas y en las palabras que nos expresan.
Ya hacia el final, la “Memoria
Oculta” de Villaseñor decide presentar una serie de imágenes que invitan al
espectador -testigo de su trabajo- a sentir. Para ello se apela al recurso
sonoro como vehículo de recreación, con una escena que pudiera causar terror
entre los maestros de cine, o varios de los críticos más rígidos del séptimo
arte, porque se decide hacer uso del video en negro, sin imágenes. Nuevamente,
se agradece este tipo de riesgos y de alejamientos de los paradigmas establecidos
por el cine, lo cual también contribuye enormemente a que la directora pueda
erigir su historia de manera única y honesta.
“Memoria oculta” obtuvo el premio al
Mejor Mediometraje en el Festival Internacional de Cine Documental de Popoli - en
Florencia, Italia - pero en realidad se trata de un largometraje de 60 minutos
que continuará presentándose en todas las ciudades que sean sede del Festival
Ambulante 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario