martes, 10 de octubre de 2017

La Villana (Ak-Nyeo) | Reseña




Por Eduardo León.

“Cólera: del griego bilis, uno de los cuatro humores constitutivos de la estructura corporal según los médicos clásicos. En la concepción humoral de la naturaleza humana el predominio de la bilis amarilla de origen hepático provocaba el temperamento colérico, airado, de enojo constante y tendente a la violencia en el comportamiento…”

El fluido pajizo colmaba al cuerpo de la desdichada víctima. Se asomaba y chorreaba a través de sus retinas enmarcadas por la violencia. Sus hematomas, cortadas y lesiones eran mitigados por la insania reprimida. Así, empapada bajo la lluvia con su atuendo diluido por la noche y con el rostro vapuleado y la sangre hilando hasta sus comisuras, Sook-hee, traza hacia los demás un leve gesto de entereza. 



La Villana (Ak-Nyeo), tercera producción escrita y dirigida por el surcoreano Byung-gil Jung, director iniciado en los géneros de acción, drama y thriller que disfruta retratar los perfiles más lóbregos y desquiciados de la naturaleza de un asesino. Byung-gil en esta ocasión construye la historia de una chica llamada Sook-hee (Ok-bin Kim), una mujer que arrastra desde pequeña un pasado tortuoso y de desamor la cual es aprisionada por la Agencia de Inteligencia de Corea del Sur en donde ponen a prueba sus capacidades como peleadora y asesina con la intención de consumar misiones de alto riesgo a cambio del extravío en una vida “común”.

Una historia ramificada entre flashbacks en donde se va contextualizando el enmarañado conflicto de incertidumbre y venganza cauterizado en el seso de Sook-hee. Byung-gil explora en su protagonista y en sus personajes anónimos la tortura, el enamoramiento, la decadencia de los sentimientos, la avidez de la aniquilación como un proceso catártico y liberador. Ante un argumento “sencillo”, las situaciones se robustecen, las transiciones de lugar mutan impredecibles y crean desconcierto; sugieren pausar, regresar y analizar la escena.



Con una fotografía en gradaciones azulinas, violetas, rojizas y verdosas, evocando a la Matrix (cuando de cortar laringes se trata) y en tonos cálidos (por las fracciones de plenitud en los protagonistas), la cinta adquiere un valor estético imperdible. Una propuesta del Sur Coreano Jung que se envanece con su habilidosa y sugestiva cámara que en compañía de los planos secuencia, y las confrontaciones en primera persona, nos ofrece una experiencia visual atónita que nos lleva a la taquicardia.

Con referencias a la amalgama cinematográfica de Quentin Tarantino, Kill Bill; a la ensordecedora Old Boy del año 2003 y hasta la afinidad de comportamiento con la hacker Lisbeth Salander escrita a por Stieg Larsson, “La Villana” no es copia alguna de las cintas mencionadas. Les rinde tributo y nos da más de cada una de ellas: más violencia, más sangre, más venganza, más alcances, más amor desmesurado. Un buen Fanservice para todos aquellos amantes del exabrupto que apunta hacia Chan-wook Park o al atractivo estilo de Wong Kar-Wai.



Como un cúmulo de peleas, disparos, desmembramientos, hachazos. Como una cinta que echa un vistazo y no niega una remembranza a La Novia Beatrix Kiddo; al pasado de O-Ren Ishii; ni al aislamiento de Dae-su Oh o a la realidad alterna custodiada por centinelas. “Ak-Nyeo”, una producción que rompe con el armazón convencional sobre hacer cine tanto por su propuesta de filmación como en su argumento que nos acribilla y pone el cañón de su arma en nuestras fauces. Toda una odisea de sugestiva aflicción.

Trailer


No hay comentarios:

Publicar un comentario