viernes, 2 de febrero de 2018

Apuesta Maestra (Molly's Game) | Reseña



Por Diego Rodmor.


Después de haber sorprendido a todos con sus agudos trabajos como guionista en varios filmes como La Red Social de David Fincher, El Juego de la Fortuna de Bennett Miller o Steve Jobs de Danny Boyle, el galardonado Aaron Sorkin da el paso hacia la silla de director con el filme Apuesta Maestra (Molly's Game), adaptación del libro autobiográfico Molly´s Game escrito por la malograda deportista Molly Bloom. Evento cinematográfico que resultó atractivo desde un principio debido a que se trataba de la ópera prima de una de las plumas más mordaces de Hollywood.

Aaron Sorkin nos presenta a Molly Bloom, una joven deportista que luego de verse derrotada por la adversidad como esquiadora olímpica termina siendo millonaria a muy temprana edad gracias a los juegos privados de póker que organizaba y en los que participaban desde actores de cine, hasta deportistas, empresarios y mafiosos. La cinta nos muestra el camino de este personaje femenino, la forma en la que se transformó y cómo todo se le fue de las manos, demostrando que en ocasiones la realidad supera a la ficción.


Resulta admirable la manera en la que Sorkin construye a sus personajes y es en cada uno de los diálogos en donde recae toda la brillantez de su trabajo por lo que es el lenguaje el que sobresale en las películas que llevan su firma. Apuesta Maestra no es la excepción y con un narrador protagonista, al más puro estilo de El Lobo de Wall Street de Martin Scorsese, nos adentramos en la historia de Molly Bloom, personaje que llega a fascinar desde el inicio del metraje.

Por si fuera poco, tenemos a una Jessica Chastain extraordinaria y que de nueva cuenta demuestra que es una de las mejores intérpretes de esta generación. El excepcional guión de Aaron Sorkin toma forma de un modo magistral gracias a una interpretación perfecta, pues es en esta hermosa actriz californiana en quien cae todo el peso del proyecto. Idris Elba también realiza un trabajo memorable como co-protagonista. Cada escena que comparte con Jessica Chastain es una completa delicia. Los pequeños roles secundarios son igual de buenos, Kevin Costner y Michael Cera entre ellos.


Aaron Sorkin incia su camino como director de un modo favorable, presenta un guión inteligente y logra mantener al público entretenido durante sus más de dos horas de duración. Mérito enorme al tratarse de una película que no cuenta con mucha acción y que toda ella recae en sus divertidos, ágiles, explosivos diálogos que surgen con un dinamismo que siempre caracterizó al trabajo del neoyorquino. Sin embargo, el filme cuenta también con algunas escenas emotivas que complementan este gran trabajo fílmico.

Quizá no estamos ante una obra maestra, pero sí frente a un trabajo admirable con interpretaciones para aplaudirse y que logra entretener con ese lenguaje que funciona como motor en cada uno de los trabajos de Aaron Sorkin. Habrá que esperar ansiosos sus próximos proyectos.

Trailer


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