Por Diego Rodmor
Los estudios británicos Aardman Animations, célebres por producciones de animación en stop motion desde mediados de la década de los setentas y por películas como Lo Que El Agua Se Llevó y Shaun, El Cordero, están de regreso con su séptimo trabajo titulado El Cavernícola. El filme es dirigido nuevamente por Nick Park, ganador de varios premios Oscar y cineasta encargado de Pollitos en Fuga y Wallace y Gromit: La Batalla de los Vegetales, primeros dos largometrajes de la famosa productora de animación.
La historia se centra en Dug, un joven cavernícola que es desterrado del valle en el que habita debido a la llegada del malvado Lord Nooth, quien pretende apoderarse de todo el bronce que existe debajo de su hogar. Ahora Dug, junto con su amigo Cerdog, deberá unir a su tribu para apostarlo todo ante este villano a través de una tradición tan antigua como sus antepasados: un partido de futból.
Aprovechando la creciente euforia del próximo mundial, los estudios Aardman presentan un divertido filme que aunque va dirigido al público infantil es capaz de entretener a espectadores de todas las edades. A pesar de contar con una historia que explora temas como el trabajo en equipo y la confianza, el motor primordial de este trabajo artesanal es la comedia. Resulta evidente que el objetivo principal de la película de Nick Park sea divertir a todo aquel que se adentre en este universo prehistórico. El resultado es un trabajo lleno de personajes encantadores inmersos en una historia sencilla. Toda una agradable experiencia familiar.
Una valiosa característica dentro de toda la laboriosa producción es la inevitable percepción de ciertos detalles en distintos personajes que evidencian su manipulación por parte del equipo creador. La sensación de estar viendo muñecos de plastilina dentro de este divertido mundo es más obvia, bastante palpable y mucho más satisfactoria. La dificil técnica que manejan las producciones de Aardman Animations es la que provoca esta visible imperfección, cuestión que hace más delicioso el producto final.
A pesar de contar con una historia bastante alegre y divertida, la película no cuenta con el ingenio de filmes anteriores dentro de la casa de la animación como las anteriormente mencionadas Pollitos en Fuga y Wallace y Gromit: La Batalla de los Vegetales. Sin embargo no deja de ser divertida y posiciona a la productora como una de las más representativas de la animación en stop motion junto con Laika, su más fuerte competencia y quien se ha encargado de obras como Coraline y La Puerta Secreta y ParaNorman.
El Cavernícola agradará a toda la familia por la sencillez de su relato y por la garantizada diversión, aspecto prioritario dentro del filme. Una verdadera obra artística que gracias a la delicada técnica que utiliza ofrece una belleza admirable. Ojalá ese enorme arte no se extinga ante la creciente demanda de animaciones digitales.
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