Por Diego Rodmor.
El cine nacional se encuentra ahora en
un momento importante. Cada vez son más las producciones que llegan a
carteleras comerciales y la calidad de estas resulta innegable. Sin embargo, uno
de los problemas que presenta es que la variedad de su propuesta es escasa. La
mayoría de las películas que llegan a la cartelera comparten el mismo género y
al final la oferta se vuelve repetitiva. Aunado a eso, no sobresale una visión
o una reflexión sobre algún tema en específico y el ejercicio fílmico se queda
en un simple trabajo de entretenimiento. Y es que a pesar de que hay comedias
mexicanas muy buenas, son muchos más los géneros y temas que se podrían
explotar dentro del cine mexicano.
Durante los últimos
años hemos presenciado un intento por darle esta variedad a la filmografía
nacional contemporánea. El entretenimiento y la mirada crítica hacia algún tema
no están peleados y lo hemos podido ver en películas como Somos Lo Que Hay de Jorge Michel Grau, El Incidente de Isaac Ezban, Mientras el Lobo no Está de Joseph
Hemsani, Las Hijas de Abril de Michel
Franco, La Región Salvaje de Amat
Escalante o Vuelven de Issa López.
Ahora llega una película que propone un tema bastante escabroso debido a que se
basa en un evento real. Su manufactura es de primer nivel y como proyecto
fílmico es bastante entretenido. Estoy hablando de La 4ta Compañía, filme dirigido por Amin Galván Cervera y Mitzi
Vanessa Arreola.
Ubicada durante el
sexenio de José Lopez Portillo, la película nos cuenta la historia de Los
Perros de Santa Marta, equipo de fútbol americano conformado por los presos de
la penitenciaria de Santa Marta Acatitla que por un lado promueve el deporte
como una solución para reivindicar a los internos pero que también forman la
cuarta compañía, un escuadrón al servicio del poder y de la red criminal que
rebasa los confines de la prisión y que está apadrinado por El
Negro, jefe de la policía capitalina de aquella época que está marcado
por el crimen, la ambición y el poder.
El largometraje en
cuestión es un drama que demuestra todo el potencial que tiene el cine
mexicano. Su manufactura es de primer nivel y la verosimilitud del mundo
carcelario es impresionante. Durante el transcurso del metraje somos testigos
de el orden que existe dentro de la prisión, los abusos que hay entre los reos
y la corrupción que gobierna desde distintos niveles en la institución. Esta
ópera prima está narrada desde la perspectiva de Zambrano (Adríán Ladrón), joven delincuente
cuyo propósito es pertenecer a los Perros de Santa Marta y poco a poco nos van
presentando a los personajes que conforman este equipo, interpretados por
Hernán Mendoza, Andoni Gracia, Gabino Rodríguez, entre otros. Manuel Ojeda
también participa, encarnando a uno de los antágonistas dentro del sistema
penitenciario.
El ritmo que presenta este filme es
muy bueno y es notorio desde el principio dotando al relato de un dinamismo
bastante atractivo para el espectador. El extraordinario montaje también le da
agilidad a la película y la química entre los actores es muy buena resaltando
la naturalidad de las interpretaciones.
A pesar de retratar un tema delicado
de una forma entretenida, existe una seriedad dentro del proyecto abordando una
profundidad dentro del sistema penitenciario bastante compleja. Quizá por
momentos resulta complicado entender la monstruosa maquinaria que habita dentro
de la prisión, pero al final el trabajo logra adentrarnos tanto dentro de ese
mundo que su objetivo es alcanzado: denunciar un sistema putrefacto que a pesar
de ubicarse hace ya varias decadas presenta una impactante sensación de
vigencia.
Amin Galván Cervera
y Mitzi Vanessa Arreola logran presentar un trabajo inteligente que pretende
reflexionar sobre la corrupción que anida en nuestro país desde hace mucho
tiempo pero que también intenta ser una propuesta taquillera. El largometraje
es uno de los mejores dramas dentro de nuestro cine y uno de los mejores
proyectos sobre alguna prisión desde Celda
211, aquel filme español del año 2009.
La 4ta Compañía fue un filme protagonista durante la reciente ceremonia de
la Academia Mexicana de Cine obteniendo varios premios Ariel, entre ellos el de
la categoría a Mejor Película y Mejor Actor para Adrián Ladrón, protagonista de
la película. Después de un complicado y atípico proceso de producción
finalmente se exhibe en los cines de México y es una propuesta bastante
interesante, imperdible, que entretiene y denuncia la podredumbre de las
instituciones y la degradación social de aquellos tiempo mostrándose como un
trabajo que se siente bastante actual.
Trailer
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