miércoles, 11 de abril de 2018

La 4ta Compañía | Reseña


Por Diego Rodmor.

El cine nacional se encuentra ahora en un momento importante. Cada vez son más las producciones que llegan a carteleras comerciales y la calidad de estas resulta innegable. Sin embargo, uno de los problemas que presenta es que la variedad de su propuesta es escasa. La mayoría de las películas que llegan a la cartelera comparten el mismo género y al final la oferta se vuelve repetitiva. Aunado a eso, no sobresale una visión o una reflexión sobre algún tema en específico y el ejercicio fílmico se queda en un simple trabajo de entretenimiento. Y es que a pesar de que hay comedias mexicanas muy buenas, son muchos más los géneros y temas que se podrían explotar dentro del cine mexicano.

Durante los últimos años hemos presenciado un intento por darle esta variedad a la filmografía nacional contemporánea. El entretenimiento y la mirada crítica hacia algún tema no están peleados y lo hemos podido ver en películas como Somos Lo Que Hay de Jorge Michel Grau, El Incidente de Isaac Ezban, Mientras el Lobo no Está de Joseph Hemsani, Las Hijas de Abril de Michel Franco, La Región Salvaje de Amat Escalante o Vuelven de Issa López. Ahora llega una película que propone un tema bastante escabroso debido a que se basa en un evento real. Su manufactura es de primer nivel y como proyecto fílmico es bastante entretenido. Estoy hablando de La 4ta Compañía, filme dirigido por Amin Galván Cervera y Mitzi Vanessa Arreola.


Ubicada durante el sexenio de José Lopez Portillo, la película nos cuenta la historia de Los Perros de Santa Marta, equipo de fútbol americano conformado por los presos de la penitenciaria de Santa Marta Acatitla que por un lado promueve el deporte como una solución para reivindicar a los internos pero que también forman la cuarta compañía, un escuadrón al servicio del poder y de la red criminal que rebasa los confines de la prisión y que está apadrinado por El Negro, jefe de la policía capitalina de aquella época que está marcado por el crimen, la ambición y el poder.

El largometraje en cuestión es un drama que demuestra todo el potencial que tiene el cine mexicano. Su manufactura es de primer nivel y la verosimilitud del mundo carcelario es impresionante. Durante el transcurso del metraje somos testigos de el orden que existe dentro de la prisión, los abusos que hay entre los reos y la corrupción que gobierna desde distintos niveles en la institución. Esta ópera prima está narrada desde la perspectiva de Zambrano (Adríán Ladrón), joven delincuente cuyo propósito es pertenecer a los Perros de Santa Marta y poco a poco nos van presentando a los personajes que conforman este equipo, interpretados por Hernán Mendoza, Andoni Gracia, Gabino Rodríguez, entre otros. Manuel Ojeda también participa, encarnando a uno de los antágonistas dentro del sistema penitenciario.


El ritmo que presenta este filme es muy bueno y es notorio desde el principio dotando al relato de un dinamismo bastante atractivo para el espectador. El extraordinario montaje también le da agilidad a la película y la química entre los actores es muy buena resaltando la naturalidad de las interpretaciones.

A pesar de retratar un tema delicado de una forma entretenida, existe una seriedad dentro del proyecto abordando una profundidad dentro del sistema penitenciario bastante compleja. Quizá por momentos resulta complicado entender la monstruosa maquinaria que habita dentro de la prisión, pero al final el trabajo logra adentrarnos tanto dentro de ese mundo que su objetivo es alcanzado: denunciar un sistema putrefacto que a pesar de ubicarse hace ya varias decadas presenta una impactante sensación de vigencia.


Amin Galván Cervera y Mitzi Vanessa Arreola logran presentar un trabajo inteligente que pretende reflexionar sobre la corrupción que anida en nuestro país desde hace mucho tiempo pero que también intenta ser una propuesta taquillera. El largometraje es uno de los mejores dramas dentro de nuestro cine y uno de los mejores proyectos sobre alguna prisión desde Celda 211, aquel filme español del año 2009.

La 4ta Compañía fue un filme protagonista durante la reciente ceremonia de la Academia Mexicana de Cine obteniendo varios premios Ariel, entre ellos el de la categoría a Mejor Película y Mejor Actor para Adrián Ladrón, protagonista de la película. Después de un complicado y atípico proceso de producción finalmente se exhibe en los cines de México y es una propuesta bastante interesante, imperdible, que entretiene y denuncia la podredumbre de las instituciones y la degradación social de aquellos tiempo mostrándose como un trabajo que se siente bastante actual.

Trailer


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