lunes, 16 de abril de 2018

Sin Amor (Nelyubov) | Reseña



Andrey Zvyagintsev es uno de los cineastas rusos más interesantes de nuestros días. Inició su carrera con una película llamada El Regreso y en ella se empezaron a notar sus inquietudes cinematográficas y su poder para mostrar momentos con una fuerza emocional impresionante. Cuatro películas después y un largo recorrido por festivales, premiaciones y nominaciones, este director de cine que muchas veces ha sido comparado con el mismísimo Andrey Tarkovski ha regresado con el filme Sin Amor, largometraje que estuvo nominado al Oscar durante la reciente edición en la categoría de Mejor Película Extranjera y que hoy se exhibe en las salas de cine de nuestro país.

La película va de una pareja rusa que vive ese infierno que antecede a un divorcio. Sin embargo el infierno más grande es el que vive su pequeño hijo, quien una noche escucha la discusión que tiene sus padres y queda destrozado ante lo que dicen. Unos días después y ante el nulo interés de los padres hacia su hijo, ellos descubren que el niño ha desaparecido. La situación complicará todo ese tortuoso proceso por el que ellos están pasando.


Zvyagintsev nos entrega con este largometraje no sólo uno de sus mejores trabajos sino también uno de los mejores filmes del año. La película es un admirable ejercicio cinematográfico que refleja a una sociedad rusa moralmente decadente. El retrato que presenta es desgarrador, pesimista, gris. Un completo deleite cinematográfico que se apoya en una elegancia visual para contarnos un retorcido relato con personajes en un crudo proceso de deshumanización.

Las actuaciones son grandiosas y la música logra hacer de esta experiencia algo más inquietante. Al igual que en sus filmes anteriores, el cineasta ruso logra impactar al espectador con escenas de una grandiosa fuerza visual en la que somos testigos de la frialdad de sus personajes, los cuales demuestran su incapacidad de sentir. Es así como Andrey Zvyagintsev nos presenta un drama que quizá no explora demasiado asuntos políticos como lo hizo en Leviathan, su trabajo anterior, pero si es brutal, amargo y desgarrador en su visión social demostrando su capacidad como autor dramático.


La película logra irse con el espectador una vez que este ha salido de la sala de cine debido a la provocación y a la incomodidad con la que uno se ha confrontado. La premisa, a pesar de todo, podría ser identificable para muchos por su carácter universal. Sin embargo resulta admirable la forma en la que logra sacudir a aquellos que han presenciado el brutal relato. Por esa razón la película se queda ahí, dando vueltas en la cabeza, y esa característica resulta magistral dentro de cualquier cinta ya que cuando eso sucede, el cine ha logrado su cometido y el autor ha podido abofetear al espectador. Una de las maravillas del séptimo arte radica en ese pequeño aspecto y ese es un logro que presenta este sublime proyecto cinematográfico.

Sin Amor es una cinta dramática que logra una conexión con el espectador, lo confronta, lo entretiene y, una vez que finaliza, se va con él para hacerlo reflexionar. Su manufactura es buena, muestra una belleza que se contrapone con el tema tan desgarrador que presenta y termina siendo una experiencia deliciosa para el cinéfilo. Andrey Zvyagintsev es un autor ruso que se ha consagrado ya con las cinco películas que hasta ahora nos ha entregado. 


Trailer



No hay comentarios:

Publicar un comentario