Por Diego Rodmor.
Recientemente acreedor de la Palma de Oro en el Festival
de Cine de Cannes por su última película Shoplifters,
el japonés Hirokazu Koreeda llega a nuestras salas con El Tercer Asesinato, complejo drama policiaco en el que
este cineasta habitual de los festivales de cine nos muestra un interesante
rompecabezas de una calidad casi literaria que poco a poco va sembrando dudas
en el espectador.
La historia nos presenta al abogado Shigemori,
quien trabaja en el caso de Misumi, un cliente acusado de robo con homicidio y
que además ya ha sido encarcelando tres décadas atrás por otro asesinato.
Shigemori sabe que sus probabilidades de ganar son pocas, especialmente cuando
Misumi acepta su culpabilidad. Sin embargo conforme avanza el caso y los testimonios
del acusado y de sus familiares se van presentando, Shiguemori empieza a tener
dudas sobre lo que realmente ocurrió.
El otrora director de filmes como De Tal Padre, Tal Hijo, Nuestra Pequeña Hermana y Tras La Tormenta nos introduce en un
intenso, crudo drama que analiza el significado de la verdad y la justicia mediante
una historia lineal llena de una sombría complejidad. Ante una cartelera
atascada de blockbusters, el filme se presenta como una de las opciones que le
dan un respiro a la oferta cinematográfica. El relato va acompañado de una
lentitud llena de imágenes secas en donde la expresividad de las actuaciones
dan una mayor intensidad a este drama policiaco.
Dando un giro inesperado, Koreeda nos entrega una
película diferente a lo que nos tenía acostumbrados dentro de su filmografía.
Existen ciertas obsesiones del cineasta que prevalecen en este nuevo proyecto
cinematográfico como aquella eterna fijación por la paternidad. Sin embargo el
tema que ha elegido para esta película resulta un tanto sorpresivo pero
magistral en la manera de llevarlo a cabo.
Misumi es un personaje delicioso que poco a poco
empieza a tejer todo un laberinto para que el abogado Shigemori transite. Las
escenas que estos dos personajes comparten son un verdadero deleite. Cada
diálogo es insidioso y termina obligándonos a establecer un debate moral
interno sobre lo que es o lo que no es correcto.
Uno de los aspectos más interesantes es la forma
en la que se va transformando la perspectiva del abogado Shigemori. Durante el
metraje vemos como intenta llevar el caso. Lentamente explora el territorio de
Misumi, se relaciona con la gente que está involucrada en la vida del asesino y
va descubriendo las razones que lo llevaron a cometer el crimen. Al final llega
a cuestionarse su propia calidad moral, su trabajo y el completo sistema de
justicia para el que trabaja. Misumi, al mismo tiempo, pone en jaque al abogado
y al espectador ante un golpe interno que nos obliga a cuestionar nuestra
propia idea de la justicia.
Visualmente la película cuenta con imágenes
memorables. Principalmente en las escenas que comparten el abogado y el
asesino. El juego de perspectivas y de reflejos resulta bastante interesante y
le da cierta potencia al interrogatorio que se lleva a cabo.
El
Tercer Asesinato es una película
intensa que pide un intercambio reflexivo por parte del espectador. El filme es
la opción perfecta para una temporada en la que los cines están atascados de
películas taquilleras. El cineasta que presenta este trabajo tiene una trayectoria
que vale la pena explorar y a pesar de que este largometraje no está al nivel
de otros, es un proyecto que cautiva por los puntos que plantea sobre la
expiación y la culpa. La forma en la que logra permanecer este debate en
nuestra cabeza una vez que las luces de la sala se encienden es digna de un
aplauso.
Trailer
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