Por Diego Rodmor.
El siempre interesante director Jason
Reitman ha regresado con un nuevo largometraje que desde un inicio se mostró
atractivo debido a que significaba su tercera colaboración con la guionista
Diablo Cody, con quien ya había trabajado en los filmes Juno y Adultos Jóvenes.
Del mismo modo, este nuevo proyecto es su segunda colaboración con
Charlize Theron, polifacética actriz que protagonizó para él Adultos Jóvenes. Ahora esta tercia
regresa con Tully, un relato lleno de
escenas cotidianas que nos muestran aquella íntima faceta que representa la
maternidad.
Drew (Ron Livingston) y Marlo
(Charlize Theron) son un matrimonio con dos hijos que viven día a día la
difícil tarea que conlleva el ser padres. Marlo es quien se dedica más tiempo a
ellos ya que su esposo trabaja todo el día. Además ella está por dar a luz
a un tercer hijo y cuando éste llega las tareas cotidianas se vuelven más
complicadas. Por recomendación de su hermano, Marlo decide contratar a una
niñera nocturna para que cuide a su hijo recién nacido. Ella es Tully
(Mackenzie Davis), una adolescente alegre y divertida que empieza a cambiar la
vida de Marlo y con la que comienza a tener una afinidad rejuvenecedora que
poco a poco le hace ver la apatía con la que vive en la actualidad.
Dentro de toda una gama de filmes que
muestran la maternidad a través de escenas similares, uno de los puntos más
fuertes de este nuevo trabajo de Jason Reitman es la forma tan natural en la
que explora este proceso. Podemos ver el amor maternal pero también el cansancio
de una etapa en la que del mismo modo tienen lugar el hartazgo y la
desesperación.
Charlize Theron deslumbra al encarnar
a una mujer que se siente ajena a su realidad y que transita el día a día con una
actitud apagada. El aspecto físico que tomó la sudafricana para realizar esta
película es digno de un aplauso. El transcurso de los años, la llegada de tres
hijos y la cotidianidad pueden notarse en su cuerpo dándole a su interpretación
una potente credibilidad. La química que existe entre Theron y Mackenzie Davis
es estupenda y van levantando esta tragicomedia poco a poco para llegar a un
tercer acto que nos deja una sensación de inevitable reflexión sobre el paso
del tiempo. La personificación de Tully por parte de la joven Mackenzie Davis
le impregna frescura al relato, llega rompiendo con aquella realidad a la que
está acostumbrada Marlo.
Al igual que en filmes anteriores, la
comedia tiene una perfecta combinación con la crudeza de lo rutinario logrando
un entretenimiento que al mismo tiempo se adentra en temas complicados. Reitman
es capaz de entregar trabajos que sorprenden por todo lo que logran abarcar.
Este no es la excepción.
Tully es un filme que va in crescendo hasta llegar a un desenlace que invita a la reflexión
pero al mismo tiempo puede tocar las fibras más sensibles del espectador.
Explora temas serios sin dejar a un lado el entretenimiento. La comedia es
ingeniosa gracias a la estupenda pluma de una guionista como Diablo Cody. Una
tercia que no decepciona y funciona por la calidad que entrega cada uno de sus
integrantes.
Trailer
No hay comentarios:
Publicar un comentario