Por: @DonCinefilo.
A lo largo de su historia, el cine se ha encargado de
glorificar a los cineastas masculinos ya sea por abundancia o por puro
privilegio de género, provocando que haya menores oportunidades para las
mujeres que quieren salir al mundo a contar sus historias, sin importar las
aportaciones que ellas le hayan dado a la industria. Hago este comentario con
la intención de revalorar el papel de la mujer dentro del cine. Esta postura de
preferencia de género ha provocado que miles de cinéfilos ignoren el hecho de
que Agnès Varda fue la pionera de la Nueva
Ola Francesa con su cinta La Pointe Courte (1954) revolucionando
el cine francés como se conocía antes.
Hoy en día, los únicos sobrevivientes
del famoso movimiento cinematográfico son Varda y el inigualable Jean-Luc
Godard, dos cineastas que sin importar la edad continúan aportando al cine con
su particular mirada. Tras una década de ausencia en el cine, Agnès Varda explora
un terreno desconocido dentro de su labor como cineasta, por primera vez en su
vida ha tomado la decisión de codirigir una de sus películas. Al conocer al
artista urbano JR, fue una decisión mutua trabajar juntos en un nuevo
experimento artístico.
Rostros y
Lugares (Visages Villages) es la fusión generacional de dos artistas que
cambiaron la manera de ver el arte para sus tiempos. Agnès Varda demostró que el
género no era un impedimento para revolucionar al cine. JR tapizó al mundo,
dándole una personalidad a lugares que comúnmente pasarían desapercibidos. Este
documental explora la amistad y la importancia de preservar el legado humano a
través del arte. Varda y JR hacen un recorrido hacia las comunidades francesas
en una camioneta que emula una cámara fotográfica gigantesca, misma que es
utilizada como cabina fotográfica y que hace enormes impresiones de las
fotografías que se toman al instante.
Varda tiene claro su objetivo al momento
de realizar este documental: homenajear a la clase obrera de Francia. JR saca
provecho de sus recursos artísticos para cumplir el sueño de Agnès. En su
trayecto capturarán los rostros de las personas responsables de dar vida a
pueblos olvidados, desde los mineros fundadores de un pueblo hasta la empleada
de un café parisino que gracias a Varda y JR se convertirá en la mujer más
famosa de la región. La nostalgia juega un papel importante en este documental
gracias a los lugares que enriquecen los recuerdos de juventud de Agnès, quien
no pierde la oportunidad de revisitar su pasado y plasmar viejas fotografías en
donde ocurrió toda la magia.
Rara vez nos topamos con un documental que desprenda
tanta pasión y carisma, y es gracias a la encantadora amistad de Agnès Varda y
JR que nunca quitamos los ojos de la pantalla porque estamos ante la más
sincera declaración de amor a la gente a través del cine. A pesar de que Agnès
Varda ganó un Oscar honorifico (o como ella se referiría cuando la
entrevistaron al respecto: el Óscar para los pobres), cuesta trabajo comprender
cuáles fueron las razones por las que Rostros y Lugares no se llevó a casa el
prestigioso Óscar de Mejor Documental a pesar de haber sido la favorita para
llevarse el galardón.
Somos privilegiados de vivir en un mundo donde una de
las pioneras del cine francés y feminista continúa inspirando a millones de
personas con sus retratos de la realidad, demostrándonos que a pesar de todo el
mal del mundo aún existe un rayo de esperanza en la humanidad.
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