Por Eduardo León.
El cineasta Julio Hernández Cordón, exhibió ante la prensa mexicana el avance de su séptima obra escrita y dirigida por él mismo titulada: Cómprame un revolver (Buy me a Gun), que debutará en la conmemoración de los 50 años de la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes 2018, el próximo 14 de mayo.
Abrazado por integrantes de su crew, como los productores Rafael Ley, María José Córdova y Rodrigo González; así como por los talentos Rogelio Sosa y Sostenes Rojas, comentaron que la cinta con año y medio de producción fue filmada en las inhóspitas tierras de Hermosillo Sonora, espacio al que Julio denomina como un lugar cinematográfico dentro del país.
La utilización de rostros alejados de las gradas actorales. Con un rodaje improvisado; empleando la ficción-documental y creando un territorio cómodo/emocional para la dirección de los implicados, es el contexto fílmico que Hernández Cordón tejió para procrear el más ostentoso trabajo dentro de su filmografía.
El director calca el perfil de su hija en el reflexivo póster, como también en el rol femenino principal dentro de su relato audiovisual. En un vistazo de dos minutos, la trama nos sitúa en un México no muy lejano en el que las mujeres son asesinadas. Una niña de diez años oculta su género tras una máscara, mientras subsiste junto a su padre que vaga por un abismo adictivo.
Una historia en la que el director alude su origen al desentendimiento y temor concurrente de perder a su familia, ante la horda de barbarie indemne que aqueja al desanimado país. Es así como el artista cristaliza una rememoración de su misma infancia en la que sugiere mezclar una tierna juventud atestada de beisbol, viajes en bicicletas, guerrillas con disfraces y harta rebelión en un tórrido horizonte muy al estilo de Mad Max.
Bajo los faros de Cinépolis Distribución, Cómprame un Revolver (con estreno tentativo en diciembre de este año), será visualizada en los respiros del cercano Festival de Cannes. Un mérito que concierne las dicciones de toda una nación agolpadas en un largometraje, al que Julio define como: una carta pidiendo que las cosas fuesen distintas…
Una historia en la que el director alude su origen al desentendimiento y temor concurrente de perder a su familia, ante la horda de barbarie indemne que aqueja al desanimado país. Es así como el artista cristaliza una rememoración de su misma infancia en la que sugiere mezclar una tierna juventud atestada de beisbol, viajes en bicicletas, guerrillas con disfraces y harta rebelión en un tórrido horizonte muy al estilo de Mad Max.
Bajo los faros de Cinépolis Distribución, Cómprame un Revolver (con estreno tentativo en diciembre de este año), será visualizada en los respiros del cercano Festival de Cannes. Un mérito que concierne las dicciones de toda una nación agolpadas en un largometraje, al que Julio define como: una carta pidiendo que las cosas fuesen distintas…
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