Crucifixión: El Regreso de Xavier Gens | Reseña

Por Diego Rodmor.

Una de las opciones del género de terror que la cartelera ofrece durante esta semana es Crucifixión, filme que dirige nada más y nada menos que Xavier Gens, cineasta francés que ha estado ausente durante siete años y que hoy está de vuelta con esta película que también representa su regreso a ese género con el que inició de una forma impactante hace más de una década. La emoción es enorme para todos aquellos que conocemos el trabajo de este director y presenciar un nuevo proyecto de Xavier Gens en cines es algo que no podemos dejar pasar.

¿De qué va este nuevo largometraje? Una periodista neoyorquina viaja hasta Rumania para investigar el asesinato de una chica a manos de un sacerdote y su séquito de mojas. Al llegar al lugar y entrar en contacto con los involucrados, empiezan a ocurrirle situaciones sobrenaturales que harán que empiece a creer lo que los pueblerinos dicen: la chica no fue asesinada sino poseída por un demonio y el sacerdote perdió esa batalla durante un exorcismo.

Xavier Gens es recordado por su ópera prima Frontière(s), maravilla cinematográfica del nuevo extremismo francés que muestra un escalofriante, repugnante, sádico festín de sangre que transgrede lo visualmente correcto convirtiendo a Gens en uno de los autores principales de esta nueva ola de cine europeo. Posteriormente el cineasta entró a Hollywood con Hitman, filme basado en el popular videojuego que decepcionó a todos por la ausencia de ese toque autoral que caracterizaba al cineasta.

El francés regresó a sus orígenes con The Divide, trabajo postapocalíptico de ciencia ficción que retomaba su estilo como autor y que a pesar de ser interesante no lograba alcanzar la brutalidad con la que había iniciado su carrera. Después de una ausencia de siete años, Gens regresa con un largometraje de terror que explora el subgénero de los exorcismos.

Al ubicar este tema tan explotado en un lugar tan misterioso como Rumania, la película presenta uno de sus puntos más fuertes: logra hacernos sentir inmersos en una zona rural que se vuelve tenebrosa por las peculiares tradiciones que presenta y la hostilidad que la gente de la localidad muestra. Al ir caminando con la protagonista por todos estos puntos, lugares y personajes con los que ella se va encontrando, el filme logra hacernos sentir esa sensación ajena, de soledad por la que atraviesa esta joven reportera.

Resulta atractiva la línea por la que se va desenvolviendo la historia dejando ver el lado sobrenatural del asunto en cuestión pero también el punto de vista objetivo y realista. Así el espectador logra mantenerse en la duda de lo que realmente sucedió con el supuesto crimen que se investiga.

A pesar de no contar con la brutalidad a la que nos tiene acostumbrados Xavier Gens, la película tiene momentos escalofriantes y escenas perturbadoras que logran impactar al cinéfilo que se encuentra en la sala. Sin embargo la mayoría del tiempo se apoya en jump scares o sustos fáciles que a la larga se vuelven predecibles.

Visualmente este trabajo es impecable y cuenta con escenas que logran mostrar toda la belleza rural de este país europeo pero también aquellos perturbadores lugares abandonados y oscuros creando un ambiente escalofriante.

Si bien la película no muestra un tema nuevo, sí logra ciertos momentos que impactan y cuenta con secuencias realmente terroríficas. Sin embargo por momentos la historia se cae y durante el tercer acto todo sucede tan rápido que el filme se queda en un intento por ser un buen referente contemporáneo de este subgénero. A pesar de todo la película no es mala pero lo que se antojaba prometedor no llega a serlo.

El regreso de Xavier Gens es entretenido pero no logra colocarlo de nueva cuenta en la mira de aquella impactante brutalidad con la que conquistó a la audiencia. La película es un intento por regresar al género. El resultado es rescatable como filme de exorcismos pero decepcionante tratándose de este director francés. Se nota un poco oxidado en su desempeño como autor. Ojalá siga activo para recuperarlo. 

Por ahora ofrece un producto que es mucho mejor que sus dos anteriores trabajos pero que no supera a su magistral ópera prima, un proyecto que tiene sus momentos de miedo pero que no logra destacar completamente. Habrá que esperar La Piel Fría, próximo largometraje del cineasta que ha recibido buenas críticas, para saber si este prometedor director ha retomado de forma adecuada las riendas de su carrera o para aceptarlo como uno más del montón.

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