Por Alejandra Guerra.
Tras su
paso por el pasado Festival de Sitges, llega a la pantalla grande La
maldición del diablo (Still/Born), película de terror del director y guionista Brandon Christensen y como coguionista,
Colin Minihan, quienes también trabajaron de la mano en la cinta It
Stains the Sands Red.
Este
filme cuenta la historia de Mary (Christie Burke), una madre que al dar a luz
pierde a uno de sus gemelos, lo que le provoca un dolor inmenso. Mientras lucha
por sobreponerse, su esposo Jack (Jessie Moss), le demuestra apoyo
constante hasta que Mary comienza a sospechar que un ser sobrenatural y maligno
asecha a su hijo Adam, causándole una obsesión por protegerlo.
Los elementos
que rodean a la película, aunque no exclusivos, son típicos de los
largometrajes de terror: casa grande, sin electricidad, mujer sola, ruidos extraños…
El juego que se hace con las cámaras, las cuales son colocadas por uno de los
protagonistas en la casa, asemejan a los planos de Actividad paranormal, idea nada original.
Los
momentos de tensión son marcados con predecibles jump scare. El audio establece,
de buena manera, las secuencias donde se vive pánico e incertidumbre. La
atmosfera es adecuada, buena iluminación y aun en las partes nocturnas, se
logra apreciar todas las acciones de los personajes.
El ser
que asecha al bebé de nuestra protagonista, está basado en Lamashtu,
un demonio femenino en la mitología de los pueblos mesopotámicos que se
alimentaba de niños lactantes, a los que raptaba mientras dormían sus madres
para comer su carne y beber su sangre.
Es
predecible el comportamiento que empieza a adoptar Mary, este se vuelve cada
vez más errático a causa de todo lo que está padeciendo, negándose a recibir
cualquier tipo de ayuda, convirtiéndose en blanco vulnerable, provocando que su vida y la de su bebé
están en constante peligro.
El
miedo por perder de nueva cuenta a un hijo y su depresión posparto, logran sumergir al público en incertidumbre, he incluso, se plantea la duda si la protagonista realmente es atacada por un ser demoniaco
o está perdiendo la razón.
Christie
Burke tiene una actuación excelente, en todo momento se le ve angustiada y demacrada
por la llegada de su bebé. Las emociones que simula son creíbles, aunque sus
descuidos torpes ponen en peligro a su hijo (algo que le puede pasar a toda mamá primeriza). Jessie Moss ejecuta adecuadamente su rol de
marido comprensivo, a pesar del comportamiento extraño de su mujer,
siempre se le ve apoyándola.
La
maldición del diablo (Still/Born)
cumple con el cometido
de asustar y mantiene la intriga cuestionando la idea principal planteada en un
inicio ¿El
bebé de Mary es perseguido por un ser maligno o su duelo la llevo a tener fuertes
alucinaciones hasta llegar a la locura?
Trailer
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