Por Diego Rodmor.
Hace
tres años Denis Villeneuve nos presentó la cinta Sicario, un excepcional ejercicio cinematográfico en el que fuimos
testigos de su profunda visión sobre el tema de las drogas y esa compleja
relación fronteriza entre Estados Unidos y México demostrando una estupenda
sensibilidad ante un tema tan delicado como este. Ahora ha llegado a carteleras
la segunda entrega, esta vez dirigida por el italiano Stefano Sollima y
protagonizada nuevamente por Josh Brolin y Benicio del Toro aunque sin Emily
Blunt a su lado.
Sicario 2: Día del
Soldado vuelve a ubicarnos en la frontera de México y
Estados Unidos. En esta ocasión no se trafica con drogas, sino con terroristas.
La guerra contra los cárteles de la droga se ha vuelto más intensa debido a
esta situación y es por eso que para hacer frente a esta batalla el agente
federal Matt Graver (Josh Brolin) vuelve a trabajar con Alejandro Gillick
(Benicio del Toro), quien además de todo busca su propia venganza.
La visión que el italiano presenta con esta cinta es
impactante. El filme inicia con una brutalidad capaz de dejar estupefacto a
cualquier espectador y enganchando de un modo estupendo a todo cinéfilo. Uno de
los grandes puntos a favor de este trabajo es ser completamente diferente a la primera
entrega. El relato explora nuevos caminos con los personajes que ya conocemos y
la película acierta en mostrar su propio estilo y no querer repetir lo que
anteriormente habíamos visto. Estamos sin duda alguna ante una secuela
memorable.
Después de un prólogo escalofriante, el filme nos pone
todas las cartas sobre la mesa, nos presenta a nuevos personajes, retoma a los
que ya conocíamos, nos muestra el terreno que cada uno está pisando.
Posteriormente estos avanzarán hacia un inevitable y duro estallido en el que
presenciaremos toda la degradación y putrefacción humana. Taylor Sheridan,
quien también escribió el guión para la primera entrega y para la nominada al
Oscar Hell or High Water, deja ver un
guión extraordinario, estremecedor,
capaz de quitarnos la respiración ante un relato contundente, con crudas
escenas de acción logrando superar de forma magistral a las de su antecesora.
Las actuaciones son excelentes. Josh Brolin y Benicio del
Toro llevan al extremo a sus personajes cuestionándolos, deteriorándolos. Ambos
están imponentes. El ritmo del relato es hábil, oscuro, emocionante, va en
ascenso para concluir de un modo impactante. Sicario 2: Día del Soldado es toda una violenta experiencia
cinematográfica llena de tensión y adrenalina.
La segunda entrega de Sicario
es sólida y una digna secuela. Tiene escenas de acción bien logradas, una
crudeza visual escalofriante y gracias a sus destacables aspectos técnicos
logra crear su propia identidad entregando un espectáculo que complementa de
forma admirable a su primera entrega aunque del mismo modo puede disfrutarse
sin necesidad de ver el filme anterior. La experiencia será más gratificante si
se tiene la referencia de la película de Villeneuve, ya que indudablemente
ambos filmes cuentan con una madurez y una profundidad que sorprende sobre todo
viniendo de los altos presupuestos fílmicos de Hollywood, los cuales generan de
forma cotidiana aquellos proyectos a los que nos tiene acostumbrados. Sicario 2: Día del Soldado es una
excepción, un largometraje imperdible, de esos que deben verse en cines.
Trailer
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