Por Diego Rodmor.
Ante
la constante búsqueda de la próxima franquicia juvenil basada en alguna saga
literaria de moda es algo normal y decepcionante toparnos con largometrajes que
copian las fórmulas de aquellas películas que han alcanzado el éxito. Es el caso
de Mentes Poderosas, adaptación de la
novela homónima de la joven autora estadounidense Alexandra Bracken que dirige
la cineasta coreana Jennifer Yuh y que pretende convertirse en la próxima
franquicia juvenil mediante una historia predecible, aburrida y sin una
identidad propia.
La película se ubica en un futuro no muy lejano donde la
mayoría de los niños y los jóvenes han desaparecido debido a una extraña
enfermedad. Los pocos que lograron sobrevivir han desarrollado poderes y han
sido encerrados en una especie de campos de concentración debido a que son
considerados una amenaza para la sociedad. Una chica llamada Ruby logra escapar
de uno de esos campos y se une a otros jóvenes como ella para recorrer la
desolada ciudad en la búsqueda de un supuesto lugar donde viven en paz todos
aquellos jóvenes con poderes y en donde les enseñan a usar sus habilidades para
el bien común.
La distopía juvenil que ya vimos en Los Juegos del Hambre y Divergente
vuelve a explotarse en este trabajo lamentable que cae de nueva cuenta en el
error de querer aferrarse al éxito de esas cintas haciendo lo mismo que ya han
mostrado. No sólo cuenta con una estructura narrativa similar a la de The Walking Dead, giros de tuerca
similares a los de Exterminio o
personajes y lugares parecidos a los de X-Men,
sino que también está atascada de clichés que resultan insoportables.
Cursilería que sigue los caminos habituales, personajes que
no se desarrollan y que están de más en el filme (es el caso de Gwendoline
Christie), el típico afroamericano chistoso dentro del grupo que no causa nada
de gracia, un villano risible y desde luego un final abierto y con supuestos
ganchos para amarrar al espectador a la siguiente entrega son los aspectos que
conforman este lamentable proyecto que parece hecho por algún novato con poca
imaginación.
Aunado a esto, las actuaciones son medianas y no existe
brillo alguno por parte de los jóvenes protagonistas, quienes trabajan al lado
de una Mandy Moore sin chiste y una Gwendoline Christie que sobra.
La película no tiene nada de originalidad ni logra aportar
frescura o emoción a la historia que presenta. No es más que otro intento
fílmico fallido que luchará por conectar con el espectador subestimándolo y
entregándole un reciclaje cinematográfico que se ve opacado por otros proyectos
que hoy están en cartelera. Desafortunadamente Mentes Poderosas es otra de esas películas que están condenadas al
olvido.
Trailer
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