Por Diego Rodmor.
Bradley Cooper debuta en la silla de director y protagoniza
junto con Lady Gaga Nace Una Estrella, filme que reinventa aquella
historia estrenada en 1937 y de la cual se han hecho ya dos remakes en los años
1954 y 1976. La cinta ha sido bien recibida por la crítica y el público en
general y hoy permanece aún en cartelera para cautivar a los espectadores.
Siguiendo la vida de un músico consagrado, seremos testigos del
enamoramiento entre este y una joven artista que intenta salir adelante. Juntos
enfrentarán sus obstáculos personales para alcanzar el éxito dándose cuenta de
que el camino hacia la fama es más complicado de lo que esperaban.
Resulta interesante la forma en la que Bradley Cooper se adueña
de la silla de director con una historia íntima que logra transmitir diversas
sensaciones. Los personajes que tanto él como Lady Gaga interpretan tienen una
profundidad admirable y su desarrollo a lo largo de la cinta es bastante
atractivo y conmovedor. La química entre los dos actores es estupenda,
sorpresiva, natural y eso logra generar una empatía con el espectador que sirve
como gancho para la historia que Bradley Cooper nos quiere contar.
El viaje personal que nos presenta la película cuenta con
momentos de una enorme sensibilidad. Existen escenas bastante memorables como
aquella en la que presenciamos el primer encuentro entre los dos protagonistas,
ella cantando La Vie En Rose y él
admirando su talento. También existen otros momentos desgarradores que reflejan
el tortuoso recorrido hacia el éxito, uno atascado de decepciones, vicios y sacrificios.
Bradley Cooper está genial en su interpretación de músico en
decadencia pero es Lady Gaga quien sorprende al entregar todo en la pantalla. Su
actuación es admirable y está más que correcta en ciertas escenas llenas de
intensidad. La ahora actriz es una agradable sorpresa dentro del filme y
termina generando cierta expectativa con los proyectos a futuro en los que
ahora se encuentra trabajando. Una actriz que seguro volverá a cautivar al espectador
y a la que hay que seguirle la pista.
Además de contar con una historia que explora ciertos caminos
llenos de sensibilidad, uno de los personajes principales dentro del
largometraje es la música que acompaña a esta pareja en decadencia que al
encontrarse terminan viendo en el otro un apoyo para
ascender. Bradley Cooper se defiende cantando y transmite en su rol esa pasión
que su personaje siente por la música. No se puede decir menos de Lady Gaga.
Además de su imponente actuación, tiene una voz estupenda y le aporta fuerza a
su personaje a la hora de interpretar cada canción reflejando al mismo tiempo
diversas situaciones de sus vivencias dentro de la cinta.
A pesar de contar con un guión que resulta predecible, simple y
con giros que ya se han visto en una infinidad de trabajos, la película se
disfruta y vale la pena por su música y por la entrega de sus dos actores
principales. No sería una sorpresa verlos en las próximas premiaciones.
Bradley Cooper merece un aplauso por entregar una ópera prima intensa,
intima y llena de matices que va de la mano con un grandioso aspecto sonoro
otorgándole al espectador un trabajo de calidad con interpretaciones destacables.
Un remake digno que podrá disfrutar el público en general.
Trailer
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