Por Diego Rodmor,
Todo el mundo habla
de Queen en estos días gracias a Bohemian Rhapsody. La adaptación
cinematográfica sobre la historia de Freddie Mercury, vocalista de la famosa
banda británica, se exhibe en los cines del país y ha sido bien recibida por la
mayoría del público. Afortunadamente la estupenda música de esta agrupación
nunca pasará de moda y atestiguar frente a la gran pantalla cómo fue el camino
que los llevó al éxito puede ser una grata experiencia. Sin embargo la
verdadera incógnita es saber si ésta biografía fílmica tiene la calidad
necesaria para estar al nivel de los éxitos de esta legendaria banda.
El encargado de llevar a cabo esta adaptación es Bryan Singer, director
que nos ha entregado trabajos como Sospechosos
Comunes, Jack El Cazagigantes,
cuatro entregas de X-Men y que ha
causado polémica a lo largo del desarrollo de la producción y filmación de este
proyecto debido a las informalidades que Singer ha tenido con todo su equipo.
La película nos muestra el rápido ascenso del famoso cantante, la forma
en la que conoce a los otros integrantes de la banda, el modo en el que se
inspiraron para crear sus más grandes éxitos y los problemas que enfrentaron en
el transcurso de su camino a la fama. Sin embargo es latente la carencia de
espíritu dentro de este proyecto. Quizá esto se deba a los problemas que tuvo
en el transcurso de su creación.
La cinta que dirige Bryan Singer no es mala pero resulta bastante común
y no explora con una mayor profundidad ciertas cuestiones que pudieron haber
hecho de esta película un blockbuster mucho más interesante. Su estructura
narrativa es básica y por lo mismo un tanto predecible. Una dosis discreta de
originalidad hubiera potenciado más el resultado de esta esperada biopic que se
ve superada por otros trabajos del género como la reciente Yo, Tonya.
Los puntos más fuertes de este proyecto son su aspecto sonoro y las
estupendas actuaciones. Además de la inigualable música de la famosa banda,
podemos escuchar en el transcurso del metraje otras canciones que formaron
parte de esas épocas. Aunado a esto, las interpretaciones de cada uno de los
actores son sobresalientes.
Rami Malek está asombroso y logra meterse en la piel de este ícono de la
música contemporáneo. A pesar de aquellos rumores que señalaban fuertes pleitos
por ciertas diferencias creativas entre él y Bryan Singer, el intérprete logra
entregar una actuación más que destacable mostrando esa soledad que tanto
torturaba a Freddie Mecury y representando de una forma admirable toda la
personalidad de este personaje.
A pesar de que los acontecimientos suceden de una forma apresurada,
resulta atractivo ver cómo fueron recreadas ciertas secuencias de algunos de
los vídeos más representativos de Queen.
La culminación del filme es asombrosa y del mismo modo recrea la legendaria
participación de la banda dentro del concierto Live Aid de un modo espectacular.
Bohemian Rhapsody es una película buena que pudo ser destacable si
hubiera ahondado de una forma más consistente en ciertas subtramas. El relato
presenta una estructura similar a otras cintas del género y eso hace
predecibles muchas de sus escenas. Sin embargo es un trabajo que disfrutará el
público en general gracias a la música, enorme referente de la cultura popular
contemporánea.
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