Por Diego Rodmor.
La
cotidianidad del día a día jamás se había sentido tan palpable como en la ópera
prima de Sofía Gómez-Córdova, filme que se centra en explorar a sus personajes
y que representa un retrato bastante íntimo del pasado de la cineasta mexicana.
El resultado logra ser muy ameno a pesar de contar con algunas fallas en su
relato mostrándose como otra propuesta interesante dentro de una filmografía
nacional que ha mejorado bastante en los últimos años por la diversidad de su
propuesta.
Los Años Azules nos cuenta una historia que se
desarrolla en un solo escenario, un edificio viejo de Guadalajara, y nos
presenta a cinco jóvenes viviendo en él. Las diferentes personalidades de estos
adolescentes llenos de problemas, sueños, aspiraciones, conviven dentro de este
lugar logrado que poco a poco los vayamos conociendo, todo desde la perspectiva
de un gato que ha vivido ahí desde antes de que ellos llegaran.
El proyecto que nos presenta esta joven cineasta está cargado
de cierta melancolía, aspecto que se percibe durante todo el metraje al irse
desarrollando la historia. Muchos podrán encontrar un reflejo en los personajes
que nos presenta esta película debido a la naturalidad de las situaciones, las
charlas casuales, la cotidianidad de las diferentes acciones. A pesar de las
diferencias que entre ellos surgen existe una fuerte sensación de hermandad que
termina convirtiéndolos en una especie de familia involuntaria. Un aspecto con
el que muchos lograrán identificarse.
Los actores entregan una interpretación sólida y son bastante
convincentes en sus roles. Además de la espontaneidad de sus actuaciones,
tienen una química muy interesante que permite hacer más digerible la
complejidad que cada uno de ellos representa.
Un punto a destacar es el aspecto visual. Cada cuadro está
impregnado de una sencillez en su fotografía que logra incluir ciertos detalles
del viejo edificio en el que se desarrolla la historia, haciendo de esta
estructura un personaje más dentro del filme. Los colores azules predominan en
cada una de las imágenes y le dan a esos detalles comunes una belleza
inesperada digna de admirarse.
Si bien el punto fuerte de este largometraje se haya en el
estupendo desarrollo de sus personajes, existe también un momento en donde el
relato se detiene. El reflejo del día a día que nos muestra esta película
termina sintiéndose cansado y pareciera que en determinado momento la historia
se estanca y no avanza hacia ningún lado. Sin duda alguna logra cautivar al
espectador con la sencillez de su narración, pero lo cierto es que hay un punto
en el que se percibe una sensación de aletargamiento dentro del guión. Un
detalle que quizá algunos encuentren algo molesto.
Al final la película logra su cometido y termina mostrando la
belleza de las cosas simples. Los Años Azules
es un trabajo fílmico destacable que podrá atrapar a los espectadores por los
excelentes personajes que presenta y por la familiaridad de las situaciones que
entre ellos surge.
Trailer
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