Por Oswaldo Magaña.
Richard Kapuscinski fue un periodista polaco que presenció alrededor de 27 revoluciones, en su libro Un día más con vida (1976) detalla sus vivencias mientras se encontraba en Luanda y presencia el éxodo masivo, escasez de servicios y el caos (confusão) que se genera en el proceso de independencia de Angola del gobierno Portugués en 1975, que desató una guerra civil que duró diez años.
Raúl de la Fuente (documentalista) y Damian Nenow (animador) se encargan de retratar la historia de Kapuscinski a través de aquella perspectiva entre la realidad y la narrativa en la que el mismo periodista siempre vivió. A través de una mezcla entre documental y animación recrean parte de los acontecimientos que más marcaron a Kapuscinski durante la descolonización del país sudafricano y la manera en que aún a costa de su propia vida, intenta informar sobre la división en Angola por el apoyo de Rusia y Estados Unidos (en plena guerra fría) a los dos bandos que encabezan la guerra civil. Así como la intervención de Cuba en la operación Carlota.
En este debut de ambos (De la Fuente y Nenow) como directores podemos ver una narrativa visual a través de la técnica de animación de rotoscopio o rotoscopia mezclada con tintes surrealistas que va en clara sintonía con la forma de contar los acontecimientos que marcaron al periodista polaco. Nos deja ver, siempre desde la óptica de Kapuscinski una realidad subjetivizada pero fiel con su idealismo periodístico.
Se agradece la manera en que está montada esta obra de animación de corte documental con escenas de la vida real. Con un tono crudo pero suavizado por la técnica, deja espacios para centrarse en lo esencial de la historia. Con influencias claras de El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad y Paths of hate (2010) del propio Nenow, De la Fuente quiso rendir un homenaje a Kapuscinski quien es considerado como uno de los mejores reporteros de guerra del mundo pero también un artista a la hora de narrar su literatura, de quien dice, ha sido su mayor inspiración.
La pasión por el detalle en la narrativa de Kapuscinski construye imágenes en quien lo lee y eso ha permitido, sin duda, a este par de directores plasmar todo ello en una obra cinematográfica, además del soporte que dan las entrevistas a los protagonistas que sobreviven para reforzar aquellas historias del famoso reportero fallecido en 2007. Así como las personas que lo ayudaron y murieron por defenderlo como Carlota.
Para quienes gustan del periodismo es una obra must see ya que enmarca la gran responsabilidad del reportero de guerra y la influencia que puede llegar a tener en un conflicto bélico, habla de la ética en el manejo de la información en tiempo y forma y los sacrificios que el oficio implica. Así como la disyuntiva que surge entre dejar ir o no una primicia periodística.
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