Por Carolina García.
Un universo más a punto de culminar. El orbe cinematográfico Marvel, después de tres años de espera, por fin replantea el destino X-Men con el quizá ente más poderoso del conjunto mutante. Dark Phoenix, hecha de una fulguración solar atravesada en Jean Grey en medio de un rescate espacial de un equipo astronauta de los Estados Unidos, estrena con un guion exhaustivo de explicación, pero falto de acción.
Caracterizada por la discursiva solemne de los personajes, mayormente en el Profesor X, la nueva entrega mutante es estelarizada por Sophie Turner con la más marcada evolutiva de su personaje durante su aparición en la trilogía de la producida por 20th Century FOX.
La tensión narrativa se deshila con flashbacks al pasado de Jean, remarcando en su discurso, después de su nueva mutación, la pérdida de su identidad sin presentar realmente un enfrentamiento después del dado en los primeros minutos del film dirigido por Simon Kinberg.
El argumento, durante su gira publicitaria, posicionaba a Dark Phoenix como el más grande antagonista de la saga fílmica, Magneto se observaba como un enemigo familiar menor al lado de la nueva entidad de Jean. Mientras que el actante interpretado por Jessica Chastain interviene apenas un poco en las decisiones de Grey, quedando en un intento de lo que se dio a conocer a través de teasers, tráilers, conferencias de prensa y entrevistas.
Durante el desdoble narrativo se nota una transformación de los personajes dada como un cumplimiento de némesis y más en aquellos de la primera generación, Magneto (Michael Fassbender) y Mystique (Jennifer Lawrence), mientras que el encarnado por McAvoy se vuelve uno desconocido a lo proyectado anteriormente, con un aire ególatra, de la creación X-Men como un beneficio personal para la satisfacción del gobierno estadounidense.
Y aunque la cinta no vislumbra una trama distinta a la cinematografía de entes con poderes, pues la extinción de la raza humana a partir de la creación de una nueva se plantea desde el principio, posee escenas teñidas del fuego característico de, precisamente, este rodaje, acompañadas de un diseño digital muy bien ensamblado, sin dejar nada para el deseo de los mismos, la producción de efectos, llevada a cabo por decenas de vidas humanas, se supone al espectador como una de las áreas más cuidadas.
Situada en 1994 y con 114 minutos de rodaje, X-Men: Dark Phoenix posee una imagen de cuidado y un guion acentuado en el por qué de los hechos, quedando a deber aquel combate cósmico enfrentando a Smith (Chastain) y tan esperado con el bombardeo publicitario.
La proyección de la distribuida por Walt Disney se proyectará en aproximadamente 1500 pantallas y estará disponible en 3D y 4Dx.
Trailer
No hay comentarios:
Publicar un comentario