miércoles, 20 de noviembre de 2019

Ford v Ferrari: Contra lo imposible | Reseña

 
Por Carolina García.

¿Hay algo más industrial que la venta automovilística? ¿Y algo más artístico que hacer arte con la expresión corpórea? James Mangold hila una historia inevitablemente comercial con actuaciones que denotan el cuadro de personaje que se llevó a cabo para la producción del rodaje.

Ford Motors comienza una carrera para impulsar su mercado e intenta construir el mejor auto de carreras. La tecnología de la empresa trabaja de la mano de Christian Bale
(Ken Miles) y Matt Damon (Carroll Shelby), ambos como una unidad que conforma todas las piezas, que conoce su engranaje, que sienten la falta de aire, la pesadez del motor, la del propio auto con apenas mirarlo.

El título desentraña el significa del film, Ford es aquél que emprende el viaje y la búsqueda de la supremacía ante un gigante que jamás ha sido perdedor, en español la cinta es conocida como Contra lo imposible, Ford va contra lo imposible.
  
 
El rodaje de 152 minutos, distribuido por 20th Fox Century, conduce al espectador por un camino frenético que acompaña al que va al volante. La adrenalina es compartida a través de las tomas cerradas desde el interior de las –máquinas corredoras–.

Durante la trama se observan paisajes emulando una profunda poética, un mal tino de Mangold, diálogos desperdiciados que pueden ser sustituidos por la propia acción como se lleva la cinta. Lo efímero se vislumbra atravesado por pequeñas escenas reflexivas de la adrenalina o la emoción en los conductores de carreras.

Bale deja de ser un maquinista, un millonario que al anochecer se vuelve murciélago, un psicópata americano y se convierte en un mecánico a quien le gusta beber té de un pocillo, vestir desfadado, mientras su piel rojiza refleja el trabajo de manufactura automovilística. Bale se transforma en un hombre audaz, inteligente y apasionado. Su personaje actúa, además, en función del contraste entre clases, es repudiado por su apariencia física para los empresarios de Ford, mientras que con el espectador establece una conexión instantánea de empatía. Contra lo imposible no sería lo que es sin Bale.
 
El histrionismo de Matt Damon divide a quienes lo observamos, el sentimiento generado hacia Carroll Shelby se segmenta por ser el mediador entre Ken Miles y Ford.

Las clases sociales, la falsa moral, pero sobre todo, de la apariencia, son elementos que permean durante todo el rodaje. Existen hincapiés donde Miles es discriminado por la compañía Ford, se sugiere un mensaje específico, ¿quién sí y quién no? ¿Quién no puede posar frente a las cámaras y por qué? El replanteamiento de la sociedad conformada como humanos debe ser cambiada y son esos pasajes de segregación que funcionan aun mejor como reflexión que los que se hacen en claro oscuro con diálogos que no provocan conmoción.

¿Amistad o carreras? Ambas y una más que otra. ¿No es la amistad ése deseo de contar, acompañar, solidarizarse? La relación entre Carroll y Miles denota una amistad poco convencional, donde la palabrería y los golpes existen como si formara parte de su naturaleza. La cinta no profundiza en la amistad del ingeniero y el conductor, la historia cuenta el relato histórico de cuando Ford destronó al gran Ferrari. 
Trailer 

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