La historia de los Minions se remonta al principio de los tiempos. Empezaron siendo organismos amarillos unicelulares que evolucionaron a través del tiempo, poniéndose siempre al servicio de los amos más despreciables. Ante su incapacidad para mantener a esos amos, terminan en una profunda depresión. Sin embargo, uno de ellos, Kevin, tiene un plan. Acompañado por el inmaduro Stuart y el tierno Bob, emprenden una emocionante aventura para encontrar a un nuevo amo a quien servir.
La película arranca con bastante gracia y buen tono, los tres personajes tienen una personalidad bastante acentuada y desarrollada. Podemos ver a los antagonistas, dos villanos muy “cool” para los años 60s, los cuales están enfocados en conseguir la corona de la reina de Inglaterra, es en este punto donde los Minions pierden notoriedad y pasan a ser creadores de gags.
Lástima que el filme termine como mero complemento de los dos anteriores largometrajes.
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