Por Salvador García
Elizabeth Banks dirige esta nueva entrega de las Barden Bellas, que vuelven a la carga lideradas por Anna Kendrick (Into the Woods). En esta ocasión, tras hacer el ridículo en el cumpleaños del presidente de Estados Unidos, las féminas deberán recuperar su honor perdido en un concurso mundial. El humor sigue estando garantizado, siendo una continuación ideal de las primera parte: acidez, situaciones absurdas y un montón de números musicales. La película continúa con sus gags donde ridiculiza a la industria musical y haciendo una autocrítica no demasiado remarcada, pero que está presente.
No obstante, la película podría haber cortado metraje sin problemas, pues se le da demasiado protagonismo a tramas secundarias que no enganchan o aportan nada a la trama. La parte musical continúa brillando y funciona de manera sobresaliente, siendo lo mejor de la narrativa, incluyendo una batalla musical con Das Sound Machine, de Alemania, que resulta en un estimulante gusto para el espectador. Entre canciones, momentos románticos y experiencias vivificantes de juventud, asistimos a casi dos horas de puro entretenimiento, donde el espectador puede ejercer de juez implacable y condenar a las Bellas al olvido, o relajarse en su butaca y dejarse arrastrar por el hilarante universo de Pitch Perfect, en ésta y en todas las secuelas que puedan venir.
Trailer
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