jueves, 28 de diciembre de 2017

PERFECTOS DESCONOCIDOS | Reseña


Por Eduardo León.

Con la conciencia aquejada por la perversidad del utensilio inteligente, y con el abdomen apretujado por las carcajadas, fue como la película Perfectos Desconocidos culminó su función, e inició el nerviosismo sobre la decadencia de la humanidad ante las tenacillas de las redes sociales.

Bajo la frase Todos tenemos una vida secreta, el director y guionista español Alex de la Iglesia, compone un drama con zarpazos de humor negro, en donde siete conocidos acuden a una cena e inician una jugarreta en la cual todos deben alojar su celular en la mesa y leer a los asistentes, las llamadas y mensajes que reciban.

Entre una sinopsis interesante y un habilidoso guión, la historia se desenvuelve en una velada abrigada por la presunción, las disputas, la profecía y un eclipse escarlata que nos inmiscuye en los secretos que se amenizan bajo la sombra y apariencia de cada uno de los siete protagonistas.

Un campo de concentración es la puesta en escena en donde el artefacto que nos facilita y conecta con el mundo virtual, funciona como el antagonista e hilo conductor de la cinta. Una hebra artificiosa en la cual los personajes resguardan sus perversiones, infidelidades, orientaciones sexuales y su carente autoestima.

Una narrativa presurosa que se compara a una contienda de tenis de mesa; virajes y recorridos impetuosos de cámara; diálogos extensos que concretan el ambiente y la psicología de los personajes, y una armada actoral con talentos como: Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Eduardo Noriega, Dafne Fernández y Pepón Nieto.

Noventa y siete minutos de metraje que pintan a una sociedad joven y adulta hipnotizada ante los nuevos paradigmas del incesante progreso. Mentiras, decepciones, fantasías, deseos, inseguridades y temor se alojan silenciosos en el aparato esencial en el que torpe y ociosamente montamos otro rol y otra careta de nuestras vidas.

¿Ustedes accederían a que los demás hurgaran dentro de su teléfono celular? Al final de cuentas nos manejamos con rectitud, con la refinada moral y con un puñado de valores ¿cierto? ¿Qué podría ocurrir? No será el fin del mundo…

Trailer


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