martes, 20 de marzo de 2018

Tomb Raider: Las Aventuras de Lara Croft | Reseña



Por Diego Rodmor

Adaptar un videojuego a la pantalla grande ha sido siempre un trabajo complicado y del que no muchos cineastas han salido airosos. Las adaptaciones que hemos visto no siempre son bien recibidas por los seguidores más puristas, quienes ya han vivido la experiencia desde su consola. Sin embargo existen por ahí largometrajes que aunque tienen ciertas diferencias con el material en el que se basan, terminan siendo efectivos como proyectos cinematográficos. La nueva versión de Tomb Raider pretende librar aquellos obstáculos con los que otras películas se han encontrado para así satisfacer al público en general. Todo siendo orquestado por un cineasta nórdico que carga una filmografía con títulos bastante decentes. 

Quizá muchos de ustedes, apreciables cinéfilos, recuerden al noruego Roar Uthaug por su debut cinematográfico Escalofrío, filme de terror con el que se dio a conocer y que tuvo mucho éxito por aquellos lares. Antes de Tomb Raider ya había demostrado su capacidad como director de blockbusters con La Última Ola, trabajo en el que sorprendió por la espectacularidad visual que maneja y por el resultado efectivo después de filmar con un presupuesto relativamente bajo comparado con otras producciones hollywoodenses sobre desastres naturales. 


Ahora, en esta nueva versión, nos cuentan los orígenes de Lara Croft, joven inglesa que vive sola trabajando como mensajera y sin querer heredar el imperio que le dejó su padre, un aventurero que lleva desaparecido siete años, debido a que ella se niega a creerlo muerto. Un día descubre el camino que siguió su padre antes de desaparecer y decide dejar todo atrás para obtener respuestas y aventurarse a lo desconocido. 

Sin meterse en complicaciones, Roar Uthaug nos ofrece un blockbuster cuya única pretensión es entretener y lo logra. El filme toma como referencia el juego del 2013 y cuenta con escenas que emulan de manera exitosa algunos de sus momentos. Existen varias escenas de acción bastante divertidas que hacen del largometraje un producto disfrutable. 


Uno de sus grandes aciertos es la elección de Alicia Vikander en el papel de Lara Croft. La actriz sueca está excelente en el rol protagónico y le aporta cierta credibilidad al personaje. Se nota vulnerable y la naturalidad de sus acciones hacen bastante agradable la forma en la que se va desarrollando el personaje. Lo demás funciona de acuerdo al propósito de la historia, por lo que esperar un análisis profundo de ello o de la mitología que maneja sería absurdo debido a que la película entrega lo que promete de un modo sincero: un rato de entretenimiento. 

El villano principal y los personajes secundarios son papeles poco explorados y la historia tiene clichés propios del género. Sin embargo, a pesar de todo la película funciona y triunfa mostrando una relato bastante ameno. Quizá no memorable como la saga de Indiana Jones pero si un inicio obvio a otra franquicia que promete aventuras, momentos de acción y un personaje femenino interesante. 


Tomb Raider: Las Aventuras de Lara Croft es un blockbuster efectivo y sin ningún otro propósito más que el de divertir al público. Entretenimiento hollywoodense de la temporada para chicos, grandes y gamers por igual.

Trailer


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