lunes, 23 de abril de 2018

Sueño en Otro Idioma | Reseña




Por: @DonCinefilo.

En la actualidad el cine mexicano se divide en dos categorías: el cine comercial, que está plagado de celebridades y que cumple con las exigencias mínimas de un público que solo busca el entretenimiento; y el cine festivalero, con un enfoque más artístico y dedicado a su trascendencia cinematográfica que al complacimiento de sus espectadores. Sueño en Otro Idioma es una cinta que encuentra el balance perfecto entre lo artístico y lo comercial, gracias a la rigurosa realización de Ernesto Contreras, quien a lo largo de su carrera ha demostrado que es uno de los cineastas más apasionantes dentro de la industria nacional. En su tercer largometraje, Contreras explora nuevos territorios, tanto geográficos como narrativos, sin dejar a un lado su voz autoral.

A raíz de la inminente desaparición de la lengua prehispánica zikril, un joven lingüista llamado Martin (Fernando Álvarez Rebeil) llegará a una selva veracruzana con el fin de recolectar información que ayude a preservar la lengua. Al morir la persona con la que se entrevistaría, Martin deberá recurrir a los dos últimos hablantes de la lengua: Don Evaristo (Eligio Meléndez) y Don Isauro (José Manuel Poncelis), dos viejos amigos que tras una disputa del pasado llevan 50 años sin dirigirse la palabra. Martin encontrará el amor en Lluvia (Fátima Molina), una locutora que enseña a los habitantes de la región el vocabulario básico del inglés, y que además es nieta de Don Evaristo.



Por medio de flashbacks, Contreras nos invita a las playas veracruzanas para ser cómplices de Evaristo (Juan Pablo de Santiago) e Isauro (Hoze Meléndez), dos amigos inseparables, cuya amistad se verá fracturada por la presencia de María (Nicolasa Ortiz Monasterio), una chica de la alta sociedad, quien tras un malentendido provocó una ola de resentimiento eterno en la vida de ellos. Es difícil no recordar a los charolastras Julio y Tenoch que interpretaran Gael García Bernal y Diego Luna en la mundialmente reconocida Y Tú Mamá También (2001), gracias a la gran química que existe entre Juan Pablo de Santiago y Hoze Meléndez.

La cinta aborda uno de los temas más recurrentes dentro de la filmografía de Ernesto Contreras: La fractura emocional. En Párpados Azules (2007), Marina (Cecilia Suarez) es una chica introvertida que tras ganar un viaje para dos personas trataría de llenar el vacío interno con la presencia de Víctor (Enrique Arreola), un antiguo compañero escolar del cual no tiene recuerdo alguno. En Las Oscuras Primaveras (2013), Igor (José María Yazpik) es un hombre atormentado por un matrimonio que lo tiene preso, y Pina (Irene Azuela) es una madre divorciada que desquita sus frustraciones con su hijo pequeño, tras un encuentro fortuito ambos buscarán una manera de sanar sus problemas internos. En Sueño en Otro Idioma encontramos la fractura en Don Evaristo, que al ser informado que para salvar al zikril deberá reunirse con Don Isauro, enfrentará a sus demonios internos para poder perdonar a quien fuera su mejor amigo.



Sueño en Otro Idioma es una cinta plagada de aciertos cinematográficos, la manera en la que Tonatiuh Martínez (fotógrafo de cabecera de Ernesto Contreras) retrata los paisajes tropicales crea una experiencia onírica que recuerda al cine de Apichatpong Weerasethakul  y le da un sentido a la popular expresión Pueblo Mágico ya que despierta la magia fantástica perteneciente a las culturas indígenas de nuestro país. Personalmente me atrevo a mencionar es el mejor trabajo fotográfico que se ha visto en el cine nacional en lo que va de la década. Sin embargo, el mayor mérito de la cinta se lo atribuyo a la creación de la lengua zikril, ya que es tan convincente que si uno no está informado sobre su veracidad, al igual que en la cinta se sentirá con esa necesidad de salvar la lengua de la extinción.

Estamos ante una cinta necesaria para nuestro país, ya que retoma las riquezas naturales que cada vez se pierden dentro del cine debido a la burda idea de que en la actualidad solo importa la urbanidad. Además de ser una propuesta artística que no excluye a los públicos que buscan un escape de su realidad. No es una sorpresa que haya sido galardonada en Sundance con el Premio de la Audiencia. Si realmente quieren apoyar al cine mexicano, vayan a ver esta película para que se puedan producir más historias como la de Evaristo e Isauro, que inevitablemente son una experiencia única que sólo el cine hecho con amor y dedicación puede lograr.

Trailer


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