Por Eduardo León.
El día 13 de julio arranca el 38 Foro Internacional de
Cine en la Cineteca Nacional y para iniciar este periodo de exhibiciones, el
realizador mexicano Michel Lipkes, presenta su segunda obra bautizada Extraño
Pero Verdadero.
La premisa es sencilla: se trata sobre la cotidianidad en
la vida de 4 personajes (Jonathan, Maestro Limpio, Yesi y La Momia), cuya
labor es la recolección y depósito de basura por toda la Ciudad de México.
Ignorando el carente desarrollo psicológico de los
personajes; sus reacciones inverosímiles a situaciones complejas. El exceso de
disolvencias y la escasa complicidad espectador-protagonista, Lipkes ofrece una
visión bastante mugrienta y retorcida de una olvidada sociedad mexicana.
La película es una mirilla al sector pobre y decadente del país. La cámara recorre sitios como La Cuauhtémoc, Ecatepec o Nezahualcóyotl, que filmado en un formato en blanco y negro, se exalta la violencia, el encierro y el hastío rutinario de cuatro o miles de mexicanos…
Arañando los 30 minutos de metraje, la cinta comienza a
adquirir forma en sus intenciones. Conforme avanza el camión atiborrado de
deshechos citadinos, el contexto del filme adquiere un toque documental, de
denuncia y hasta periodístico. Nos convertimos en viajeros y testigos del
horror normalizado al que se han acostumbrado nuestros derrotados ojos.
Y eso es lo terriblemente interesante de la película; el
presenciar una realidad mexicana que no es la que aparece en las historias de
Instagram o en nuestras fotos en Facebook. Sino que se trata del rostro
abnegado, triste, infeliz y desahuciado de un país ahorcado por el mal gobierno
y la era consumista.
Extraño pero verdadero se convierte en un título
atractivo que escombra entre otras propuestas de cine mexicano, posicionándose
como un largometraje merecedor de arrebatar nuestra tranquilidad. Una
alternativa que nos acerca un poquito más hacia nuestro polifacético y amado
México.
Trailer
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