Por Indira García.
Disney
ya lleva un par de años convirtiendo sus clásicos en nuevas versiones con un
estilo mucho más realista como vimos anteriormente en El libro de la selva y La
bella y la bestia. Ahora toca el turno de Dumbo.
El
remake quedó en manos de Tim Burton, a quien conocemos por tener una visión más
oscura que muchos de los directores contemporáneos (considerando que su público
es infantil), por lo que se esperaba que la historia tuviera un giro más
dramático. Desde que se mostraron los adelantos de la película eran notorios
los cambios: aquí no hay animales que hablan ni tampoco un ratoncito que habla
por Dumbo, en realidad es una re-adaptación muy libre con un nuevo argumento.
Esta
nueva historia conocemos a un par de hermanos que acaban de perder a su mamá a
causa de la viruela y que su papá, recién llegado de la guerra, perdió un
brazo. Ambos cuidan y protegen al bebé Dumbo a cada momento de la película, ya
no de otros elefantes envidiosos, sino de los humanos que maltratan a los
animalitos sin piedad. Cuando mamá Jumbo es separada del bebé y llevada lejos
del circo, los niños motivan a Dumbo para explotar su potencial para ganar el
dinero suficiente que les permita comprar de vuelta a su mamá. En esta entrega,
los humanos son el verdadero enemigo, pues la avaricia de los adultos, su falta
de empatía y la ambición siempre les llevan a tragedias donde arrastran a los
animales del circo.
Las
partes sentimentales ahora no solo las protagoniza el elefantito, los niños también
están muy involucrados recordando y extrañando a su mamá justo como Dumbo.
Muchos elementos que fueron claves en la primera versión ahora cambiaron, como
las cigüeñas y el origen del cambio de Baby
Jumbo a Dumbo, y toda la segunda
mitad de la película es una historia totalmente nueva; gracias a esto el
mensaje final es totalmente nuevo. Anteriormente la moraleja era no juzgar a
alguien por ser diferente, ahora, está más orientada a una reflexión
sobre la familia y el maltrato animal, retratada a través de personajes llenos
de inocencia que solo buscan estar con su mamá.
El
reparto está conformado por Danny DeVito, Eva Green, Colin Farell, Michael
Keaton, Nico Parker y Finley Hobbins, todos jugando papeles importantes para
dar voz a nuevos personajes que reemplazan a los animales parlanchines de la
versión animada. Al principio los diálogos se sienten forzados y la falta de
canciones la hace un poco tediosa, pero conforme avanza la trama todo se
compone y el resultado final es complaciente.
Las
dos versiones cinematográficas están basadas en un libro infantil de los 40’s y
dicho libro está inspirado por una historia real de un elefante llamado Jumbo
que tuvo una vida muy trágica. Jumbo nació en Inglaterra pero fue adquirido por
EU y usado como atracción, cargaba niños en su espalda y los paseaba; pero
tanto trabajo le causaba dolores intensos que lo volvían loco por lo que su
cuidador le daba whisky para calmarlo, lo que resultó en una muerte temprana y
dolorosa. Sin embargo su legado se quedó presente no solo en el arte, tanto
revuelo por su gran tamaño hicieron que nombraran las cosas de gran volumen
como jumbo (palomitas jumbo, hamburguesas
jumbo, etc).
Tim Burton acierta en hacerle un homenaje al Jumbo original con esta cinta,
promoviendo el mensaje de los circos libres de crueldad y de que los animales
pertenecen con los suyos en su hábitat natural. Una película para ver en familia, apta para los más pequeños y para quienes
quieren revivir su infancia, solo hay que tener en cuenta desde el primer
momento que es muy diferente a la original.
Trailer
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