martes, 16 de abril de 2019

Bruma | Reseña





Por Rocío López.

Después de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) de 2017 y presentarse a nivel internacional en Raindance Film Festival en Inglaterra o países como Brasil, Argentina y Colombia, ya se encuentra en las salas de México la película Bruma, del director Max Zunino.

La historia gira en torno en Martina (Sofía Espinosa), una joven mexicana que no sobrelleva el hecho de la inestabilidad emocional de su madre (Claudette Maillé), pelea constantemente con su novio Agustín (César Ramos) y el mismo día que es despedida de su trabajo se entera que está embarazada. Inconforme con su vida, decide viajar a Berlín, sin saber hablar alemán, con el único objetivo de encontrar a su padre que no conoció. En su aventura, la protagonista entabla una amistad con un drag queen (Dieter Rita Scholl), quien se convertirá en su aliado.


Bruma es el segundo largometraje del cineasta nacido en Uruguay, donde vuelve a recurrir a Espinosa como colaboradora en la producción y guion, a quien recordamos por también protagonizar su opera prima Los Bañistas (2015). La actriz galardonada con un Ariel por Gloria, logra una actuación verosímil sobre las inquietudes que surgen en una chica que se encuentra en una crisis existencial. Por otra parte, Ramos realiza una interpretación consistente, pero sin duda, Schooll, destaca por un papel impecable, pese a que es un artista y no un actor profesional.

Los primeros minutos de la cinta parece que no ocurre nada y posiblemente el espectador no lo atrape de inmediato, sobre todo porque no es una historia predecible, ya que es importante destacar que la improvisación está presente a lo largo de la trama, en palabras de Zunino es “un ejercicio de reacción”.

En este sentido, es de aplaudir el esfuerzo del equipo de producción al contar con un presupuesto precario, eso es evidente con tomas realizadas con cámara en mano y diversos planos semisubjetivos.


Al no tener al alcance la iluminación adecuada, la cinematográfia de Christian Trieloff es sólida, asimismo, la música por parte del compositor Sebastián Zunino, junto con una excelente ambientación son los elementos que terminan por dar formar a la narrativa. 

El filme es un viaje de introspección que si bien, no es apto para cualquier público porque requiere la disposición de involucrarse en lo que se le expone aunque parezca muy banal, en el fondo, Bruma parece ser el grito de una generación que vive en la incertidumbre de un futuro poco prometedor, y por si eso fuera poco, es un mensaje por querer ser libres, dejando a un lado la opresión social que puede llegar a ser abrumador para algunos jóvenes.

Trailer




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