Por
Rocío López.
Después
de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) de
2017 y presentarse a nivel internacional en Raindance Film Festival en
Inglaterra o países como Brasil, Argentina y Colombia, ya se encuentra en las salas
de México la película Bruma, del director Max Zunino.
La
historia gira en torno en Martina (Sofía
Espinosa), una joven mexicana que no sobrelleva el hecho de la
inestabilidad emocional de su madre (Claudette Maillé), pelea constantemente con su novio Agustín (César Ramos) y el mismo día que es despedida de su trabajo se entera
que está embarazada. Inconforme con su vida, decide viajar a Berlín, sin saber
hablar alemán, con el único objetivo de encontrar a su padre que no conoció. En
su aventura, la protagonista entabla una amistad con un drag queen (Dieter Rita Scholl), quien se
convertirá en su aliado.
Bruma
es el segundo largometraje del cineasta nacido en Uruguay, donde vuelve a
recurrir a Espinosa como
colaboradora en la producción y guion, a quien recordamos por también protagonizar
su opera prima Los Bañistas (2015). La
actriz galardonada con un Ariel por Gloria,
logra una actuación verosímil sobre las inquietudes que surgen en una chica que
se encuentra en una crisis existencial. Por otra parte, Ramos realiza una interpretación consistente, pero sin duda, Schooll, destaca por un papel impecable,
pese a que es un artista y no un actor profesional.
Los
primeros minutos de la cinta parece que no ocurre nada y posiblemente el
espectador no lo atrape de inmediato, sobre todo porque no es una historia
predecible, ya que es importante destacar que la improvisación está presente a
lo largo de la trama, en palabras de Zunino
es “un ejercicio de reacción”.
En
este sentido, es de aplaudir el esfuerzo del equipo de producción al contar con
un presupuesto precario, eso es evidente con tomas realizadas con cámara en
mano y diversos planos
semisubjetivos.
Al
no tener al alcance la iluminación adecuada, la cinematográfia de Christian Trieloff es sólida, asimismo,
la música por parte del compositor Sebastián
Zunino, junto con una excelente ambientación son los elementos que terminan
por dar formar a la narrativa.
El
filme es un viaje de introspección que si bien, no es apto para cualquier
público porque requiere la disposición de involucrarse en lo que se le expone
aunque parezca muy banal, en el fondo, Bruma parece ser el grito de una
generación que vive en la incertidumbre de un futuro poco prometedor, y por si
eso fuera poco, es un mensaje por querer ser libres, dejando a un lado la
opresión social que puede llegar a ser abrumador para algunos jóvenes.
Trailer
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