viernes, 28 de junio de 2019

Hotel Mumbai: El atentado│Reseña





Por Oswaldo Magaña.

Pocas son las películas que te mantienen al borde del asiento.  Hotel Mumbai: El Atentado lo hace, de principio a fin. Es un drama que cuenta los eventos que se desarrollaron durante los atentados coordinados en 2008 en la ciudad de Bombay, India. Y muestra cómo un grupo de terroristas islámicos toman entre otros lugares al Hotel Taj Mahal al sur de Mumbai (como se conoce localmente).

Ahí se desata el terror entre los huéspedes y trabajadores del hotel quienes son asesinados a sangre fría por este grupo de terroristas. La historia es contada con un tono crudo y sin inhibiciones. Es innegable que el trabajo de Anthony Maras (The Palace, 2011) en este su primer largometraje presenta muchas cualidades.


Cuenta con actuaciones muy bien desarrolladas que resultan verosímiles y sin duda alguna llevan la película por el camino correcto. Dev Patel (The Wedding Guest, 2018) presenta una de sus mejores actuaciones. Aunque a primera vista pareciera un drama más sobre atentados o eventos reales que maneja clichés y situaciones de heroísmo absurdo, Maras lleva al espectador verdaderamente al centro mismo del terror psicológico, con dosis de suspenso y crudeza.

La fotografía es nítida, contrastante por momentos, lo mismo maneja los ocres que los grises, verdes, dorados y aprovecha las locaciones con encuadres que te ponen en el lugar de los personajes. Los movimientos de cámara son notables. El ritmo del film es constante pero no escatima en hacer esperar al espectador.

El sonido sin duda es imprescindible, ya que en estos días están de moda los “balazos fuertes” (John Wick) para generar un impacto mayor en un público al que ya no le impresiona nada, en esta película considero que es un acierto ya que para recrear lo que vivieron los rehenes de estos lamentables hechos el sonido es la clave.


Una parte del film puede mirarse como una crítica que subyace por debajo del argumento y que revela ese esclavismo moderno en que caen los grandes hoteles y emporios en aquel país. En donde los empleados deben y tienen que consentir a los clientes y cumplir sus caprichos por absurdos que estos sean. Seguramente Maras no tenía esa intención.

Esta mirada del director sobre un hecho que en si mismo fue tan violento deja al menos entrever la manipulación de los más jóvenes a manos de grupos religiosos extremistas para quienes sus vidas no significan nada. El fanatismo, la pobreza y la ignorancia siempre son la mezcla perfecta para calamidades de este tipo.

Trailer



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