lunes, 1 de julio de 2019

Annabelle 3: Viene a Casa




Por Indira García. 


James Wan (Insidious, El conjuro, Annabelle) creó un multiverso de terror basado en los Warren, los demonólogos más famosos de la historia. La tercera entrega de Annabelle prometía mostrar más a fondo los artilugios guardados en el sótano y sus respectivas maldiciones. Pero, desafortunadamente el resultado final no fue el esperado.

En las películas anteriores de Annabelle y El Conjuro habían dejado en claro lo peligroso que era desatar las maldiciones de cada objeto dejado bajo llave, en especial la muñeca, por lo tanto, la premisa de la cinta sonaba tan prometedora: tres chicas a solas en la casa Warren con un gran número de demonios encerrados y enojados daba lugar a, por lo menos, más de un buen susto. 


A pesar de eso y el gran potencial que tenía, el desarrollo fue decepcionante y principalmente gracias a las expectativas que había generado el universo creado por Wan. Anteriormente sus películas eran garantía de llevarse un par de jumpscare, buena fotografía y un desarrollo, que aunque a veces lento, al final siempre valía la pena; pese a que la historia no fuera tan buena, dejaban la sensación de que algo malo iba a pasar después.

Todo ese encanto anterior se rompió en esta secuela, el miedo previamente generado hacia los espíritus termina siendo mal fundamentado por las situaciones tan ridículas en las que se ven derrotados los mismos. Demonios que anteriormente habían aterrado con tan solo aparecer, aquí solamente son usados como señuelos y chistes malos, sin darles seguimiento ni profundidad a sus historias. Incluso los momentos de más tensión y que pudieron causar pesadillas son rotos por apariciones de personajes secundarios con gags típicos de sitcoms.


La monja y La leyenda de la llorona tampoco habían dejado satisfechos al público con los momentos de terror entrecortados por los chistes y las malas tramas, pero no habían tenido un trasfondo tan explorado dentro de este mismo universo como el personaje de Annabelle, ni habían dejado abiertas las puertas a tantas posibilidades como aquí previamente establecieron en las dos anteriores. 

La capacidad de destrucción que prometía se quedó solamente en eso, en expectativas de ver terror desatado en su máximo potencial y que únicamente se presentan en un par de secuencias muy bien realizadas, pero que fueron malamente usadas en el trailer y no dieron espacio a los sustos reales en la cinta.



Por otro lado, la actuación de la hija de los Warren (Mckenna Grace) acaparó la pantalla la mayor parte del tiempo. Genuinamente mostraba el miedo que le daba estar rodeada de objetos poseídos, eso y, aunado a la historia de aislamiento social que tenía por sus padres, le hicieron ser un personaje completo e indispensable para el desarrollo de la historia. 


Desafortunadamente Ed y Lorraine aparecen sólo en pocos momentos, sin embargo, la película sí fue dedicada a Lorraine Warren quien recientemente falleció; pues sin su legado nada de esto existiría.


La película no cumplirá las expectativas de los fanáticos, pero tampoco cae en lo aburrido. Es divertida (probablemente sin querer) y no es extremadamente larga como lo han sido otras de su género, una opción viable para momentos aburridos y palomeros.

Trailer


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