martes, 11 de junio de 2019

I Want to Eat Your Pancreas | Reseña




Por Indira García.


Las historias de adolescentes enamorándose mientras tienen una enfermedad terminal son cosa de toda la vida. Desde A Walk to Remember hasta la más popular Bajo la misma estrella, todas tienen el mismo resultado: una promesa de terminar en lágrimas con el corazón roto. 

Nuestro protagonista Shiga, de quien su primer nombre es un misterio hasta las últimas escenas, conoce a Sakura en el hospital, una chica a quien le queda poco tiempo de vida porque su páncreas dejó de funcionar. Sakura obliga a Shiga a que comparta tiempo con ella, que sea su amigo y que haga lo que ella siempre recordándole con gracia que pronto va a morir y le tiene que complacer. 


Por otro lado Shiga es el típico personaje de shoujo trágico, un chico triste que cree que nunca será aceptado, que es diferente y que crear lazos con alguien fuera de su familia solo le traerá tristeza y decepción por lo que solo le dedica tiempo a leer y estudiar. Sakura es todo lo contrario a él, está llena de alegría y es de las más populares, todo le emociona y siempre está haciendo chistes; por lo que su enfermedad es un secreto total para todos sus amigos.

La historia va de broma en broma mostrándonos como ambos son cada vez más cercanos, aprendiendo el uno del otro, pero todo en ámbito de amistad. Es similar a Me And Earl And The Dying Girl que aunque comienza con una amistad forzada, el cariño se convierte real y todos obtienen enseñanzas de vida a partir de su relación. El plot twist y los recursos dramáticos que abarcan la última parte de la película compensan que toda la primera mitad quisieran llenarla de chistes, resultando un 50% de lágrimas de risa y el otro 50% de tristeza. 


La animación es muy bonita, está hecha por un estudio con pocos títulos pero con un team con mucha experiencia. Los personajes tienen ciertos movimientos característicos que recuerdan a la animación de Bakemonogatari y que pronto establecen como parte de su dinámica y comunicación. 

La versión que llegó a México y Latinoamérica gracias a Konnichiwa Fest incluye doblaje al español, que, aunque es muy bueno, corta por algunos momentos la emoción de intensa tristeza que quieren transmitir.


Si eres de los que no se pierde ninguna historia de romance adolescente y gusta totalmente del drama no puedes dejar pasar la oportunidad de verla, recomendablemente acompañado para compartir las emociones que deja tras la escena post-créditos.

Trailer



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