lunes, 11 de noviembre de 2019

Doctor Sueño | Reseña

 

Por Diego Rodmor.

Uno de los estrenos más esperados y arriesgados de este año es sin duda alguna Doctor Sueño, filme que ahora se exhibe en carteleras y que involucra a varios nombres importantes presentándose como una propuesta que será difícil dejar pasar.

La película adapta la novela homónima de Stephen King y le da seguimiento a la historia de El Resplandor, novela escrita a finales de los setenta por el maestro del terror y dirigida de forma sublime en los ochenta por Stanley Kubrick, convirtiendo el relato en uno de los más icónicos dentro del lenguaje cinematográfico y la historia del cine.

Esto indudablemente significaba un titánico reto para Mike Flanagan, cineasta que lleva la batuta dentro de este nuevo e interesante proyecto y que, por si fuera poco, tiene al siempre genial Ewan McGregor como protagonista.

La película nos muestra a un Danny Torrance en la edad adulta, intentando superar sus problemas de alcohol y drogadicción, con un resplandor cada vez más débil y que ya no es lo que en algún momento fue. También el filme aborda a un grupo de siniestros personajes que se alimentan del resplandor de niños para mantenerse con vida, todos liderados por la hermosa Rebecca Ferguson. Del mismo modo, nos presentan a una niña que comienza a explorar sus poderes, mismos que son impresionantes. Poco a poco estas tres historias cruzarán sus caminos.

 

Como muchos recordaremos, existió una enrome polémica entre la relación de Stephen King con respecto al filme que adaptaba en aquel entonces Stanley Kubrick, cuestión que desembocó en un enorme pleito entre los dos autores debido a la diferencia de ideas y a la escasa fidelidad del filme con la obra de Stephen King, quien molesto con la adaptación que había elaborado el siempre obsesivo Stanley Kubrick, decidió realizar su propio filme de El Resplandor para respetar la esencia de su novela.

Teniendo esto como referencia, resultaba intrigante el proceso de elaboración de Doctor Sueño, trabajo que el mismo Stephen King ha aceptado de forma favorable y, quizá, buscando una reconciliación con aquel amargo capítulo vivido entre él y Kubrick.

Sin embargo, nada de esto hubiera sido posible sin Mike Flanagan, director de filmes medianos como Oculus o Ouija: El Origen del Mal pero encargado de la brutal La Maldición de Hill House, serie de Netflix que lo ha colocado como uno de los autores del género de terror a los que debemos seguirle la pista.

Mike Flanagan, quien además ya había adaptado el trabajo de Stephen King con El Juego de Gerald, se aventura a dirigir este ambicioso relato aceptando la responsabilidad y arriesgando su reciente éxito como director.

 

Temeroso llegue a la sala de cine, con ganas de ver esta adaptación pero también con el miedo latente de salir no sólo decepcionado, sino molesto por no hacerle justicia al universo ya establecido. Sin embargo mi sorpresa fue bastante grata y Mike Flanagan se ganó toda mi admiración al mostrar un balance estupendo dentro de este trabajo.

La película de Flanagan logra mostrar toda esa esencia de la obra de Stephen King y al mismo tiempo explora la nostalgia de una forma inteligente sin dejar de ser fiel a su estilo y presentando una historia más compleja, pausada, con una infinidad de momentos y situaciones que lograrán atrapar al espectador durante sus casi tres horas de duración. Varias de las escenas de la mítica película de Kubrick son recreadas y a pesar de ser una historia completamente diferente a la que vimos en el capítulo anterior, logra relacionarse y funciona como una segunda entrega.

Ewan McGregor está genial como Danny Torrance, es un actor carismático que sin problema puede interpretar a cualquier personaje y en este filme no es la excepción. Del mismo modo, Rebecca Ferguson está impecable como la líder del clan que asesina niños y entrega una antagonista bastante atractiva. Los demás actores no están mal y realizan un trabajo que en conjunto es grandioso.

La música era importante dentro de esta secuela y no decepciona al retomar temas del filme de Kubrick pero también mostrándose fresca, novedosa y funcionando al darle forma a las atmosferas que Mike Flanagan nos va presentando poco a poco.

 

Justo como lo demostró en La Maldición de Hill House, la película tiene una intensidad que se refleja en momentos pausados que estallan con escenas violentas, mismas que Flanagan no se molesta en censurar. Así como tenemos varios momentos aterradores o enternecedores -como aquel en donde Danny Torrance se asume como el Doctor Sueño- existen escenas con este grupo que asesina niños que son verdaderamente violentas, realmente fascinantes y que causarán impacto por lo gráfico en gran parte de los espectadores pero que muchos aplaudirán.

El tercer acto es magistral, un macabro retorno al pasado en donde no sólo veremos la última batalla entre los tres personajes principales sino también entraremos de nueva cuenta a aquellos lugares de pesadilla que ya muchos conocemos. Simplemente una delicia cinematográfica que termina por complementar este complejo largometraje y que será del goce de todos esos cinéfilos nostálgicos.

Quizá una de las más grandes fallas de este filme sea recrear escenas o volver a mostrar personajes de El Resplandor encarnados por otros actores. Sobre todo teniendo la facilidad de los efectos especiales por computadora que tanto abundan en las películas de estos días. Sin embargo, quizá sea un capricho personal y algo que le resultó incomodo a quien escribe esta reseña, pues fuera de eso el filme funciona y logra adentrar al espectador en la historia sin problema.

Al final Mike Flanagan sorprende al entregarnos una secuela interesante, diferente, estremecedora, con fascinantes ecos de Stanley Kubrick y de Stephen King pero que al mismo tiempo logra tener su propia voz. Un trabajo que reitera a este cineasta como uno de los más atractivos del género en nuestra actualidad.

La Maldición de Hill House 
(videoreseña)

 

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