sábado, 18 de enero de 2020

JUDY | Reseña




Por María Lavanda.

La historia detrás del arcoíris de una niña que se robó los corazones de los amantes de las comedias musicales de los años 30 y no ha sido olvidada.

JUDY, interpretada por la reconocida Renée Zellweger, marca los últimos años de la intérprete de Dorothy en el Mago de Oz, dónde da una serie de conciertos en tierras Londinenses y se da a conocer tras una vida no muy colorida a final de cuentas.

Debió ser la euforia de los Globos de Oro lo que emocionó a la audiencia mexicana, o el hecho de ver nuevamente a la actriz Zellweger en escenarios después de su no tan positivo cambio físico, sin embargo, aquí se confirma que en efecto, la actriz de origen texano, se esmeró tanto físicamente como en esencia para interpretar a nuestra inolvidable Dorothy. Como muchos sabemos, los últimos años de la cantante y actriz Judy Garland, no fueron del todo coloridos, después de 5 matrimonios fallidos y gastos detrás de un juzgado con tal de tener la custodia de sus hijos, Judy pasa por muy malos momentos, donde lo único que la salva, es su carrera.

El director Rupert Goold, ofrece a la audiencia dos excelentes interpretaciones, además un parecido soberbio, observamos a una Judy (Darcy Shaw), en la cima de su papel en El mago de Oz, quien nos remota a la nostalgia de aquellas miradas profundas de la época de oro y esos peinados en “rulos” que daban la impresión de una peluca sintética. En cuanto a la Judy madura (Renée Zellweger), es esencial reconocer que fue de su voz original la cual le volvió a dar vida a los mejores éxitos de la actriz estadounidense, además de sus reconocidas gesticulaciones a causa de viejos contactos con las drogas. 
 

Cabe mencionar que el Director de origen inglés es destacado por sus trabajos en obras de teatro, más allá de cine, lo que le brinda a la película una serie de interpretaciones dramáticas además del guion y, por las expresiones corporales de los personajes, en especial de Zellweger, tal y como el cine de oro nos sorprendió, ojo, no es una película musical, hablando de la biopic de una cantante, por supuesto debe manejar un par de interpretaciones, muy bien niveladas, acorde al hilo del tiempo que maneja la película (1968), al igual que el acondicionamiento a través de las vestimentas y sobretodo de un tenue colorido al estilo groovie, es decir, lleno de colores y figuras, pero nublado, como en Londres.

Se le agradece a Goold que haya puesto ese toque pintoresco que siempre debe manejar una obra de teatro, así como la entrega en el escenario con un par de movimientos y sobretodo el caminar peculiar que seguramente le costó mil intentos a la actriz de 50 años.

Se perciben escenarios nostálgicos, una entrada espectacular que nos regala el ver otra vez el camino amarillo tal cual lo pintaron en aquel año de 1939, para después contrastar con uno de los mejores teatros en “The big Smoke”.

Lo que más se va a admirar del filme sin duda son: los vestuarios, las interpretaciones musicales de Renée Zellweger y por su puesto la interpretación de ella como tal, siendo JUDY.

En efecto, si se considera que se merecía el Globo de Oro y por supuesto las dos nominaciones a los próximos Oscares con las que cuenta actualmente la Biopic, a mejor actriz (Renée Zellweger) y mejor peinado y maquillaje. 
Trailer 

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