Por Diego Rodmor.
El director puertorriqueño Miguel Arteta regresa este año con una nueva comedia en la que vuelve a colaborar con Salma Hayek y entrega una película que, si bien tiene sus fallas, logra ser divertida por la química que logran tener sus dos protagonistas. El filme en cuestión se llama Socias en Guerra.
Rose Byrne y Tiffany Haddish interpretan a dos amigas que han estado juntas desde hace mucho tiempo y que ahora tiene una modesta tienda de productos de belleza que han sabido manejar en conjunto por un buen tiempo.
Ante el éxito de su pequeño negocio, ambas son abordadas por una empresaria dueña de un imperio del maquillaje interpretada por Salma Hayek, quien quiere comprar su marca para distribuirla a gran escala iniciando una serie de diferencias que pondrán a prueba la amistad de estas dos mujeres exitosas.
Rose Byrne y Tiffany Haddish interpretan a dos amigas que han estado juntas desde hace mucho tiempo y que ahora tiene una modesta tienda de productos de belleza que han sabido manejar en conjunto por un buen tiempo.
Ante el éxito de su pequeño negocio, ambas son abordadas por una empresaria dueña de un imperio del maquillaje interpretada por Salma Hayek, quien quiere comprar su marca para distribuirla a gran escala iniciando una serie de diferencias que pondrán a prueba la amistad de estas dos mujeres exitosas.
Teniendo como columna vertebral la afortunada interacción entre sus dos protagonistas, la cinta resulta divertida desde su primer acto estableciendo el tono que abordará. De ese modo el entretenimiento está asegurado y aunque se cae en su última parte, este proyecto no es más que un producto palomero que terminará ofreciéndole un buen rato al espectador.
Salma Hayek interpreta a la villana del filme de un modo caricaturesco y es quien termina por confrontar a este par de amigas para lograr su objetivo. No es la primera vez que la actriz mexicana participa en una comedia ni tampoco la primera en trabajar con Miguel Arteta. Ya había protagonizado anteriormente el filme Una Cena Incomoda.
A pesar de contar con esa moralista línea en donde se termina hablando de la importancia de la amistad, de la fidelidad a los sueños personales y del sentido del trabajo en equipo, el largometraje lo aborda de un modo discreto y sin forzar esos temas como otras películas de comedia lo han hecho. Al final funciona dentro de su argumento sin llegar al sentimentalismo barato y logrando que el espectador pase un rato agradable.
Socias en Guerra funciona como comedia y asegura la diversión de sus asistentes. Quizá no sea una película que recordaremos dentro de unos años pero logra alejar al espectador de la realidad, entreteniéndolo y haciéndolo pasar un buen rato.
A pesar de contar con esa moralista línea en donde se termina hablando de la importancia de la amistad, de la fidelidad a los sueños personales y del sentido del trabajo en equipo, el largometraje lo aborda de un modo discreto y sin forzar esos temas como otras películas de comedia lo han hecho. Al final funciona dentro de su argumento sin llegar al sentimentalismo barato y logrando que el espectador pase un rato agradable.
Socias en Guerra funciona como comedia y asegura la diversión de sus asistentes. Quizá no sea una película que recordaremos dentro de unos años pero logra alejar al espectador de la realidad, entreteniéndolo y haciéndolo pasar un buen rato.
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