Este remake de la película francesa La familia Belier (2014), nos muestra la historia de una familia de pescadores que se caracteriza por que la mamá, papá e hijo mayor padecen de sordera, mientras que la hija menor (Ruby, interpretada por Emilia Jones) puede oír y, además, le apasiona la música. Sin embargo, sus aspiraciones chocan con la condición de su familia, ya que su madre lo toma como una falta de respeto y señal de rebeldía adolescente.
Ruby se encuentra en el último año de la preparatoria y no planea aplicar para la universidad, debido a que ayuda a la familia a vender, negociar y traducir todo a lenguaje de señas. La cosa se complica cuando los encargados del negocio de la pesca aumenta las comisiones que les cobran para seguridad y su papá y hermano deciden abrir su propio centro de ventas, aliándose con otros vendedores que tampoco estaban de acuerdo con su situación inicial, lo cual provoca que Ruby tenga un papel mucho más importante dentro del negocio familiar.
Al mismo tiempo la chica se inscribe al coro de la escuela, dirigido por el maestro Bernardo Villalobos (interpretado por Eugenio Derbez) quien le asigna un dueto con otro talentoso alumno (Miles, interpretado por Ferdia Walsh-Peelo) tras descubrir el potencial de su voz. El maestro la persuade para solicitar una beca a una prestigiosa escuela de música y le ofrece su ayuda para practicar y prepararse para el examen de admisión, por lo que Ruby debe enfrentarse a una decisión clave para su futuro y el de su familia.
La película fue aclamada por la crítica en el festival de cine Sundance y ha sido bien recibida por el público general por su conmovedora historia. Destaca, a diferencia de su versión francesa, por la adecuada representación de la familia por tres actores que fuera del cine también son sordos (Marlee Matlin, Troy Kotsur y Daniel Durant).
Ambas versiones cumplen su cometido de transmitir un mensaje sobre la integración, diversidad y el amor fraternal, cada una a su manera. CODA logra ser una adaptación buena, trasladando la provincial Francia a un condado estadounidense que se acopla a la modernidad y juventud actual.
Eugenio Derbez sorprende al salir fuera del típico rol que ha desempeñado en su carrera los últimos años, llevando a la pantalla a un maestro estricto, pero carismático, que acompaña a los protagonistas y es pieza esencial para el desarrollo de sus historias. Aunque su papel no es sobresaliente, logra conectar con los protagonistas y generar empatía con el público.
La cinta mantiene un ritmo entretenido, aunque por momentos sobrellevado a través de muchos chistes sexuales que llegan a sentirse repetitivos, pero logrando su cometido de mantener la atención en la pantalla.
El eje de la historia son las relaciones interpersonales, pasando por amistades y amores, pero centrándose en la importancia de la familia y el superar las dificultades como un equipo. Al ser una historia sobre el paso de la adolescencia a la adultez, era de esperarse tener escenas románticas, sin embargo no se desvían tanto de la trama como suele pasar con las películas que van por la misma línea.
Ruby y Miles, los dos grandes talentos de la escuela, destacan en sus interpretaciones. Otro de los puntos fuertes de CODA es que las voces de ambos compaginan bien y la elección del soundtrack es acertado, aunque habrían sido apreciadas más escenas musicales.
Si bien la escena final no es tan entrañable como la Belier francesa, la película consigue no ser solo un remake sino también brillar por sí misma y conmover. Una historia para ver en familia.
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