lunes, 12 de agosto de 2019

¿Conoces a Tomás? | Reseña



Por Carolina García. 

Cómo conocer el autismo… El cine, y todas las Bellas artes, han plasmado desde el empirismo y el conocimiento del autor aquellos temas que acechan sus vidas o sus intereses, meses atrás, Marta Hernaiz Pidal abrió el Foro Internacional de Cine 2019 con La caótica vida de Nada Kadic para desentrañar el espectro autista a través de una pequeña y su madre mediante una exploración de un estilo fílmico realizado en Bosnia con manufactura nacional. Una vez más, también mexicana y haciendo debut en el séptimo arte, María Torres lo retoma para contarlo a través de un entramado musical y una historia de amor. 

¿Conoces a Tomás? aterriza en Hoze Meléndez con TEA moderado, apasionado por el acordeón y música de banda cae al cuidado de Leonardo Ortizgris, un músico descrito como ‘un bicho raro’ por no gustar de aquello que escuchan los ‘millennials’, donde ejercen una química denotativa, a diferencia de la relación que sostiene Ortizgris con Marcela Guirado, que se muestra como un mal tino o forzado en la película. 

Durante su promoción, la cinta mexicana se posicionaba con una pauta cinematográfica alejada de la comercial, de esos retratos usuales de parejas, y, aunque ¿Conoces a Tomás? posee cuadros artísticamente bellos, la elevación emotiva se atrofia por actuaciones de sobra o un tanto exageradas. 


Los cuadros de captación (fotografía) se mantienen sutiles y silencioso en los encuadres donde aparece Tomás, transmitiendo calma para cuando el espectador se encuentra con el protagonista. El recorrido fotográfico nunca trata de develar espacios mexicanos conocidos, o al menos no en la mayoría de las tomas, la profundidad de campo logra mantener a la audiencia atento a la trama sin dejar que se escape por el reconocimiento de lugares conocidos de México. 

La madeja narrativa se desenreda sin grandes intentos explicativos que sólo entorpecerían el hilo de desarrollo y que, en su lugar, permite una fluidez liviana durante sus 91 minutos. El film posee una estructura narrativa lineal donde jamás argumenta el ‘por qué’ o el ‘qué’ del autismo, se centra en el mundo del personaje, desde afuera, sin poder entender a bien el sentir de él, pues ésta no incluye una visión autodiegética que traslade a una sensación más profunda. 

¿Reflexión? ¿Conciencia? ¿Normalizar el TEA? Bajo estas premisas se dio a conocer la película, la visibilidad de una comunidad con problemas de relación social para gritar “Nadie es normal”, o ¿quién sí lo es…? 

Trailer


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